CASAS DE PRADAS
Autor: Ignacio Latorre Zacarés

Situada en plena carretera de enlace entre Venta del Moro y Los Isidros y en la margen izquierda de la rambla Albosa, justo donde se junta con la rambla Bullana y aprovechando la solana se encuentra la aldea de Casas de Pradas. A 690 m. sobre el nivel del mar y a 4 km. de Venta del Moro, sorprende esta localidad por el aspecto cuidado de sus casas que no denotan que de las 199 viviendas que componen su casco urbano, sólo 49 estén habitadas permanentemente. Su importante colonia veraniega y sus instalaciones deportivas y de ocio (piscina, centro social, tele-club, frontón, campo de fútbol y parque) nos aleja de la típica visión de una aldea con una fuerte regresión demográfica. Sin embargo, esta aldea es la que ha sufrido el mayor despoblamiento de nuestra zona ya que ha pasado de ser la mayor aldea del término a fines del s. XIX y de contar con 652 habitantes en 1940 a tener 116 habitantes en la actualidad.
Viniendo desde Venta del Moro, lo primero que se puede ver es su bodega cooperativa fundada en 1950 con una capacidad de 16.000 hls y que vende todo su vino a granel. El eje vertebrador de todo su casco urbano es la calle de D. Román Ochando que atraviesa toda la aldea y debe su nombre al ingeniero principal del ferrocarril Utiel-Baeza que tanta prosperidad en sus años de construcción proporcionó a la aldea. A derecha de su calle principal se sitúa la Plaza de Enrique Vidal donde se encuentra la Iglesia y el núcleo primitivo de la población caracterizado por callejones cortos y algunos sin salida (Calles de San Gregorio, Olmo, Eras, Aire, etc.). Más abajo donde confluyen las ramblas Albosa y la Bullana encontramos las ruinas del molino que era movido por sus aguas a las que se juntará las del Barranco Varejo procedente de las Casas de Moya. En el punto de confluencia de las ramblas se halla la piscina de la aldea construida por sus propios vecinos y que permanece en muy buenas condiciones gracias a los cuidados de Ismael Descalzo. La piscina ha sido un factor fundamental a la hora de la atracción de muchos veraneantes, hijos del pueblo que emigraron en su día, que siguen manteniendo vínculos con su aldea y han mantenido sus casas en buenas condiciones. También cerca de la piscina encontramos el campo de fútbol.
Al otro lado de la carretera, se sitúa la parte más nueva de la aldea con un cuidado parque social, recreativo y deportivo inaugurado el 14 de agosto de 1980 entre cuyas instalaciones se encuentra un parque arbolado, frontón y un centro que sirve de atención médica y tele-club con televisor y billar. Aquí estaban las antiguas escuelas ya cerradas. Actualmente su población escolar (6 niños más otros dos de Casa Lo Alto) acude al Colegio de Venta del Moro. También frente al parque se halla un antiguo Centro Parroquial transformado en Centro Social y dotado de bar que fue remodelado el 15 de julio de 1994. A la salida de las Casas de Pradas hacia Los Isidros encontramos un barrio separado de la aldea por unos pocos metros y el cementerio. Un poco más abajo está la carretera que va a Tamayo por el Puntal Merino y la pista a las Casas de Moya.
El paisaje de Casas de Pradas destaca por su montuosidad (806 metros en el Puntal Merino) que sólo es detenido por las zonas de riego de sus ramblas, principalmente en el del Llano de la Virgen. Muchas de sus huertas han sido transformadas actualmente a viñedos y secano. La economía de la aldea se basa principalmente en la agricultura, aunque hay que reseñar la existencia de una industria de la familia Medina dedicada a la construcción de puertas y armarios de cocina que da trabajo a una veintena de personas, aunque sólo dos residan en la aldea. Actualmente es la única industria no agrícola de todo el término venturreño. La ganadería brilla por su ausencia. En la aldea existe una carnicería regentada por Milagros García y el bar ubicado en el antiguo Centro Parroquial. Anteriormente Casas de Pradas dispuso de muchos otros servicios y comercios como la herrería de Vicente Cusí, el molino de piensos del tío Aniceto, el estanco de Rosario Cárcel, el bar de Desiderio Cárcel, la tienda de comestibles de Elías López, el horno de Ignacio, la carnicería de la familia Cervera, etc.
Como toda aldea cuenta con alcalde pedáneo nombrado desde Venta del Moro, puesto que desempeña desde más de una década Aniceto Mejías Cervera que con su buena disposición y amabilidad atiende los problemas que exponen sus vecinos. Sólo ante problemas puntuales se reúnen una Asamblea General de vecinos.
Entre sus caseríos destacan el de Casa lo Alto en la carretera que enlaza Las Monjas con Casas de Pradas. Es una finca vitivinícola con bodega fundada en 1794. actualmente propiedad de Augusto Egli, donde se elabora el prestigioso "Casa lo Alto" y hay censados 4 habitantes. Actualmente no existe ya una antigua ermita privada a la que acudían todos los vecinos de alrededor para celebrar misa y donde el 25 de mayo se organizaba romería en honor de San Gregorio, titular de la ermita. También está en funcionamiento el caserío de Casa del Pinar (una vecina empadronada) donde se ubica un restaurante de clientela selecta y cocina elaborada. Ya cerca de Los Cojos en la Casa Lanza existe un centro de rehabilitación de toxicómanos. En el caserío de El Colorao hay 7 chalets, dos de ellos habitados permanentemente. Los otros caseríos se encuentran despoblados y algunos en ruinas caso del Molino de la Romana, Huertas del Reloj, Sapillo, Ventilla, Cerrito, Choque, Carrasquilla, Amparo, etc.
Desde antiguo, los "casapreños" han acudido a celebrar el culto a la ermita que se hallaba en Casa lo Alto que a pesar de ser particular estaba abierta los domingos y festivos a los habitantes de alquerías y aldeas cercanas. El 25 de mayo se organizaba una romería para celebrar a San Gregorio (patrón de la ermita de Casa lo Alto), fiesta que aún continúa celebrándose, pero ya sin el carácter popular de la romería, sino como baile en la propia aldea. Es en 1883 (fecha que se encuentra en la puerta de la Iglesia) cuando se edifica una nueva ermita-iglesia en la propia aldea bajándose a San Gregorio de Casa lo Alto y comprando un San Antonio Abad que pasa a ser el patrón de la aldea. Hoy la ermita privada de Casa lo Alto, que ya aparecía en el mapa de 1798 publicado en el "Lebrillo" del nº1, ha desaparecido debido a las reformas efectuadas en el caserío. En 1889 en esta nueva iglesia de Casas de Pradas se confirman un total de 300 casapreños lo que nos da idea del gran número de personas que habitaban en aquel momento la aldea. En 1897 se declaró parroquia filial de Los Isidros y en 1949 es nombrada parroquia independiente de entrada. En 1956 llega a Casas de Pradas como cura D. Hipólito Lerín quien destacó por las muchas obras que acometió : derribó totalmente el templo existente, excepto la torre que había sido erigida en 1928, amplió su nave de 14 a 25 metros de longitud, dotó a la iglesia de cuatro arcos mixtos de mampostería, cinco ventanales y un altar de mármol. La nueva iglesia fue inaugurada el 25 de mayo de 1959, día de San Gregorio. También erigió la Casa-Abadía, un Centro Parroquial con biblioteca y archivo y procedió a la ampliación del cementerio. En la actualidad el párroco de Venta del Moro es el encargado también de la Parroquia de las Casas de Pradas.
Actualmente las fiestas se celebran el día de San Antonio Abad (17 de enero) con una hoguera comunal ; el 25 de mayo, día de San Gregorio, con baile y las Fiestas de la Juventud (2º o 3ª semana de agosto) con verbenas organizadas por una comisión de fiestas. Sin embargo, la pérdida demográfica ha hecho desaparecer tradiciones como la ya mencionada romería a Casa Lo Alto, el judas y la enramada de Pascua o los mayos. Fermín Pardo ha colectado una versión fragmentada del antiguo mayo que le fue comunicada por Dionisia García y Dolores López y que pasamos a transcribir :
Ya estamos a treinta
del abril cumplido
mañana entra mayo
mayo bienvenido.

Bienvenido mayo
bienvenido seas
que con tus venidas
a todos alegras.

Vengan instrumentos
vengan escopetas
que mayo se empieza
de aquí esta manera.

La guitarra iba de mayo
y ahora se ha vuelto jota
a la Virgen del Pilar
le he de cantar cuatro coplas
con mucho placer y agrado.
(Jota de despedida)
También una diversión normal eran los bailes que se organizaban gracias a los acordeones de Remigio Pardo y Luis Pardo bien en la Plaza de la Iglesia, en la casa de Amadeo García o en la propia de Remigio Pardo.
El origen de la aldea, tal como indica su nombre, sería una casa de labor propiedad de la familia Pradas. Al parecer, el apellido "Pradas" procede de Mira (Cuenca) y lo encontramos en el s. XVI ya en Utiel y Requena. D. Jesús López nos da la referencia del testamento del Arcipreste de Requena, D. Alonso de Carcajona donde se habla de una partida de 1000 almudes que el Arcipreste compra a un tal Bartolomé Pradas en el Realeme (cerca de Casas de Pradas) en el primer tercio del s. XVII. Quizás fue la familia de éste Bartolomé Pradas la fundadora de la aldea. En el Catastro del Marqués de la Ensenada (1753) también aparecen dos familias Pradas, junto a otros 16 vecinos o cabezas de familia. 18 vecinos (12 en Casas de Pradas y 6 en caseríos próximos) suponen unos 81 habitantes que vivían en 1753, cifra muy elevada si lo comparamos con el resto del término municipal y que nos da idea de la importancia que tenía esta aldea en aquel tiempo. El mismo catastro da para Casas de Moya y Casas del Rey sólo 4 y 3 vecinos respectivamente y en Jaraguas 11. Así siguiendo el Catastro del Marqués de la Ensenada (1753) nombra como vecinos a José Iranzo en Los Vallejos, Pablo Iranzo y Alonso Pérez renteros de D. Alonso Carrascosa en Casa de lo Alto; Juan Calomarde rentero de D. Vicente Carrascosa y Miguel de Aba, rentero de Dª María Carcaxona, vecina de Requena en la partida de Albosa, Blas Jiménez en la Muela Herrera y Blas de Pradas, Francisco de Nuévalos, Agustín de Fez, Agustín de Prada, Juan Cañas, María de Nuévalos, Domingo Monteagudo, Antonio García, Francisca Roja, Nicolás de Pradas, Pascual García, Juan García Roxo en las Casas de Pradas. La importancia demográfica de las Casas de Pradas en estos tiempos bien pudo relacionarse con la denominada "Dehesa de la Albosa" que fue repartida en 1794 entre los vecinos de las Casas, Los Isidros y Venta del Moro para su aprovechamiento agrícola. También el estar situada la aldea entre dos ramblas con sus respectivas huertas influyó en que su población en aquellos tiempos fuera mucho más elevada que el resto de aldeas venturreñas en una época en que la existencia de agua y huertas era un factor principal de poblamiento.
En 1813, cuando Venta del Moro aún no era municipio indepediente, se nombra ya un teniente alcalde para Casas de Pradas llamado José Pradas. Feliciano A. Yeves en su último libro dedica un capítulo a este singular personaje que era a la vez alcalde pedáneo, estanquero, molinero y santero de la ermita de Casa lo Alto. A José Pradas le denomina "el último de los Pradas" porque con él se extingue el apellido en la aldea. En 1870 eran 48 casas las que forman la aldea que pasan en 1900 a 115, muestra de la importancia que estaba alcanzando las Casas de Pradas que sólo era superada por Jaraguas en número de casas (145).

Censo de viviendas de Casas de Pradas


 1870  48 casas
 1900  115 casas
 1950  216 casas
 1975  220 casas
 1996  199 casas


Los inicios del siglo XX conocen una aldea populosa y vital que junto con Jaraguas eran las únicas que disfrutaban de alcalde pedáneo y se verá además favorecida por varios acontecimientos. En 1913 se construye la carretera que desde Jaraguas a Los Isidros, atravesando Casas de Pradas, enlaza la autovía Madrid-Valencia con la general de Albacete y en 1915 se construye la carretera de Caudete a Casas de Pradas que pasa por Las Monjas. Especialmente beneficioso para la aldea fueron los años de construcción del ferrocarril Utiel-Baeza que ha dejado cerca de la aldea tres magníficos puentes (Puente Varejo, el de la Bullana y el Puente la Vía) y varios túneles. Fue en los finales de la dictadura de Primo de Rivera (1928) cuando muchos trabajadores procedentes de zonas alejadas se instalan en la aldea para trabajar en el ferrocarril, algunos de los cuales emparentarán con casapreños y se quedarán a vivir en el pueblo. Como muestra del fuerte impacto de estas obras, Casas de Pradas pasaba de 443 habitantes en 1920 a 652 en 1940. En 1926 la aldea contaba con su propio cartero para la aldea, en 1930 se empieza a construir la carretera que une Tamayo y Casas de Pradas y en 1932 se autoriza a jornaleros de la aldea a roturar parte del monte público para mitigar sus dificultades económicas.
Evolución demográfica de Casas de Pradas y caseríos
Año Habitantes

 1753  18 vecinos
 1920  443 habitantes
 1940  652 habitantes
 1950  594 habitantes
 1975  250 habitantes
 1986  158 habitantes
 1994  123 habitantes
 1996  116 habitantes



El cuadro nos muestra una gran pérdida de población a partir de 1940. La paralización de la construcción del ferrocarril, los duros años de posguerra, la fuerte emigración en una aldea donde las tierras disponibles eran reducidas para alimentar a más de 600 habitantes y la desaparición de la agricultura de autoconsumo como forma de vida (abandono de huertas) explican que de 1940 a la actualidad se haya producido un descenso demográfico del 82 %. En 1996 son 116 los habitantes de Casas de Pradas (56 varones y 60 mujeres), 5 de los cuales residen en Casa lo Alto y Casa del Pinar.
A pesar de estos negativos datos demográficos creemos que Casas de Pradas aún puede ganar parte del potencial perdido. Hechos como el que aún vivan parejas jóvenes en el pueblo, la existencia de una pequeña población escolar, la residencia de una industria con perspectivas de ampliación y la vuelta de gran parte de los emigrantes en los fines de semana y verano dan una perspectiva de mayor vitalidad y dinamismo y auguran un futuro aún con esperanzas para una aldea que en su día fue la más grande del pueblo y que mantienen sus casas cuidadas a la espera de una vuelta definitiva de sus moradores.
Informan : Aniceto Mejías, Milagros García y Ayuntamiento de Venta del Moro.
Bibliografía :
López Montoya, Jesús. Apuntes de la historia de la Iglesia San Antonio Abad de Casas de Pradas en su centenario 1897-1997. 1998.
Yeves Descalzo, F.A. Geografía e Historia de Venta del Moro. Venta del Moro, Ayuntamiento, 1977.
Yeves Descalzo, F.A. Cuentos y leyendas de mi pueblo : Venta del Moro. Venta del Moro, Ayuntamiento, 1997.
Piqueras Haba, Juan. La Meseta de Requena-Utiel. Requena, Centro de Estudios Requenenses, 1997.
Pardo, Fermín y Oller, Mª Teresa. Los mayos en el campo de Requena-Utiel y otras comarcas valencianas. Requena, Centro de Estudios Requenenses, 1997.
Catastro del Marqués de la Ensenada (1753). Manuscrito.

Asociación Cultural Amigos de Venta del Moro

Lebrillo 9