Los Marcos

Autor: Ignacio Latorre Zacarés

Situada a 7 km. de Venta del Moro y dentro de su término municipal se encuentra la aldea de Los Marcos, justo en una de las zonas de cultivo más ricas de todo el término y donde la viña es señora y reina de todos los campos. Actualmente (datos de 2000), Los Marcos posee 121 habitantes empadronados (64 varones y 57 mujeres) contando con los residentes en el caserío cercano de "El Renegado". Dentro de su casco urbano se ubican 81 viviendas (41 ocupadas y 40 vacías) y 11 locales (Iglesia, bar, centro social, consultorio médico, etc.) según datos de 1996. Sólo sigue abierto el bar de la cooperativa (situado en la Calle Utiel, al lado de la Iglesia), una vez ha cerrado la única tienda de comestibles que subsistía hasta el momento. Sus habitantes se suelen aprovisionar en Utiel y Requena, donde también tienen algunos su segunda residencia. La consulta médica se realiza un día a la semana en lo que eran las antiguas escuelas y su población escolar (de 5 a 7 niños) son acogidos en el Colegio Público "Victorio Montes" de Venta del Moro. Sus fiestas tienen como día central el 15 de mayo, festividad de San Isidro Labrador, patrón de la aldea al que se consagró la iglesia erigida en 1961. Dispone de un local social aprovechado como baile y situado en la calle Norte, esquina con la calle Requena. En la finca vitícola de "El Renegado" se ubica un magnífico hotel rural denominado "Entreviñas" inaugurado en el 2001.

La aldea se encuentra sobre la carretera que desde Los Isidros y Casas de Pradas, pasando por Casa Lo Ato y Las Monjas, llega a Caudete y que a 1, 5 km. de Los Marcos se cruza con la carretera que va de Venta del Moro a Requena. Paralela a la carretera discurre la rambla del Boquerón que confluye en la Albosa a la altura de Los Cojos. La población está situada justo al final del llano, dejando detrás las elevaciones de la Serratilla y la Ceja. Su entramado urbano es similar a la de sus vecinos de Las Monjas y se diferencia del resto de núcleos de población del término de Venta del Moro por su trazado rectilíneo y la casi ausencia de callejones (calle del Mediodía, callejón que da a calle de Los Ruices). Esto responde a que la aldea como tal se formó ya en el siglo XX, pues en 1870 sólo se contabilizaban 6 casas. La privilegiada memoria de uno de los habitantes más viejos de la población, Florentino García, de 88 años, recuerda que, en el primer tercio del siglo XX, Los Marcos disponía de unas 15 casas muy separadas entre sí ("cada una a un extremo de la aldea" según sus propias palabras) y sin alineación de calles. Durante todo el siglo XX se produce un crecimiento urbano de la pedanía, contabilizando 27 casas en 1920, 66 en 1950, 70 casas en 1975 y 81 en 1996. La población dispone de dos entradas: por la calle Cooperativa y por la Avenida del Oeste, que se convierte en calle de Los Ruices. Ambas entradas dan con la calle principal, que es la calle Utiel, donde se ubican un pequeño parque público con una fuente de 1986, el bar de la cooperativa, la actual Iglesia y la antigua ermita. El resto de calles muestra un trazado rectilíneo como las calles Requena, Nueva, Ángeles Custodio, etc. Muchas de estas calles acaban en terrenos de cultivos como las calles Norte, Requena, Rosales, etc. El campo de fútbol, donde antiguamente se localizaban varia eras, se sitúa en medio del casco urbano. Por medio de la aldea discurre el camino a La Cornudilla y al final se sitúa la Plaza del Olmo, donde se localizan algunas de las casas más viejas de la aldea (actualmente medio en ruinas) y un olmo seco. El cementerio está a medio kilómetro del casco urbano y se observa ya una ampliación de la obra inicial. Cercana a la pedanía se encuentran también las aldeas de Las Monjas y Los Ruices, con las que históricamente ha existido una mayor relación, así como los actuales despoblados de Pedriches y La Cornudilla (de donde han procedido algunas de las familias actuales de Los Marcos) y el caserío de "El Renegado".

 

Economía

Su economía está marcada totalmente por la viticultura con grandes extensiones de cepas, gracias a que está ubicada en un llano con amplias vaguadas recubiertas de sedimentos del Cuaternario que las convierte en tierras muy ricas; ello, además, ha protegido a la pedanía de un éxodo rural tan fuerte como el acaecido en otras aldeas venturreñas más montañosas (Casas de Moya, Casas del Rey, Casas de Pradas). La mayoría de sus habitantes vinifican en la bodega de la Cooperativa Agrícola "La Marquesa" de San Isidro Labrador, fundada en 1964 y con unos 70-80 socios. Además, y junto a la carretera, también se hallan 2 bodegas privadas: Bodegas Proexa (antigua bodega de Argimiro Pérez) y que embotella magníficos caldos ecológicos bajo la etiqueta "Vega Valterra" y Bodegas San Marcos (antigua bodega de la familia Oria de Rueda) que han vinificado algunos años bajo las etiquetas "Predio de Vinlaion", "Dominio de Aranleón", etc. Anteriormente a la construcción de la bodega cooperativa, eran varias las familias que poseían sus propias bodegas privadas. Cercano a Pedriches son más comunes los campos de almendros; y la finca de "El Renegado" está dedicada a la viña y dispone de su propia bodega.

Justo debajo de la aldea y al lado de la rambla del Boquerón, estaban antiguamente las huertas de la población y se hallaban varias balsas (entre ellas la balsa y pozo de los Oria de Rueda), además de existir un gran afloramiento de agua debajo de una morera (hoy perdido el afloramiento y la morera). Estas huertas se han reconvertido actualmente en viñas. El antiguo lavadero estaba situado también en el Boquerón y en la Casa Nueva, y en febrero de 1965 el Ayuntamiento de Venta del Moro aprobó la construcción de un lavadero público por valor de 144.234 pesetas.

 

La ermita

Desde el s. XVIII se tiene constancia de la existencia de una ermita en Los Marcos que poseía sus propias tierras como marca ya las "Respuestas Generales de Venta del Moro al Catastro del Marqués de la Ensenada" en 1.752, al decir que "Alonso Martínez que havita en la misma alquería (Los Marcos) y aunque no tiene tierras proprias las lleva en arrendamiento unas que pertenezen a la dotación de la ermita que hay fundada en las dichas casas". Estas mismas tierras de la ermita perdurarían hasta bien entrado el siglo XX como recuerdan los lugareños, ubicándolas en la hoy llamada "Hoya de la Ermita". Esta misma ermita es la que viene dibujada en el plano de 1.798 conservado en el Archivo Histórico Nacional y que fue publicado en el nº 1 de "El Lebrillo Cultural". La ermita perduró hasta la erección de la nueva iglesia en 1961 y estaba en el final de la calle Utiel, esquina con calle de Los Ruices. Los vecinos se acuerdan de que era una ermita sencillísima, de una sola nave, de teja vana, sin asientos y que a falta de campanario se avisaba a los vecinos del inicio de la misa haciendo sonar una campanilla por todo el pueblo. En la ermita había una imagen de San Isidro Labrador, que desapareció durante la guerra civil (1936), y una pila bautismal. En 1943, el Ayuntamiento de Venta del Moro concedió una subvención de 800 ptas. para reparar la ermita.

 

La iglesia

La iglesia actual fue obra del emprendedor cura D. Hipólito Lerín, que llevaba la parroquia de Casas de Pradas y que por entonces incluía también las Iglesias de Las Monjas y Los Marcos. La iglesia de Los Marcos fue bendecida el 15 de mayo de 1961 y se consagró a San Isidro Labrador. La iglesia fue realizada mediante un reparto de dinero y jornales entre los vecinos de la aldea y con la intervención de los albañiles venturreños Antonio y Virgilio Yeves. El campanario no se pudo construir por la falta de cesión de terrenos e incluso la sacristía fue realizada con nocturnidad sobre propiedad privada. Como resultado, hoy la iglesia se ubica en mitad de la calle Utiel, es de una sola nave, con una sencilla fachada de puerta acabada en arco apuntado y una campana en lo alto. Su interior aparece muy cuidado, con cinco arcos que aguantan la estructura, un coro de madera (al que no se puede subir porque en su construcción se olvidaron de dotarlo con una escalera) y al frente, bajo la leyenda dorada "Esta es la Casa de Dios y la Puerta del Cielo", se ubican de izquierda a derecha las tallas de San Pancracio, un San Isidro Labrador, la Inmaculada Concepción y otro San Isidro. Además, en la sacristía persiste un viejo estandarte pintado con la imagen de San Isidro Labrador.

Los servicios religiosos son atendidos actualmente por el sacerdote de Caudete de las Fuentes, José Santiago Pons, a pesar de que durante muchos años los atendió el párroco de Venta del Moro. Siguiendo los datos aportados por D. Jesús López Montoya en el nº 8 de "El Lebrillo Cultural", entre 1878 y 1955 ejercen su sacerdocio en Los Marcos Valentín López, Cándido Doménech, Jesús García, Brígido Poveda, Pedro López Carrasco, Francisco Gregori, Juan Mafé, Mariano López y Julián Villanueva (todos ellos curas también de Venta del Moro). De 1956 a 1975 ejerce como cura el propio de la parroquia de Casas de Pradas, al cual estaba adscrita la de Los Marcos (Hipólito Lerín, Carlos María Pinazo, Vicente Garrigues, Manuel Martínez y Vicente Torregrosa). Desde 1975 se alternan los curas de Caudete, Villargordo y Venta del Moro para realizar la misa en Los Marcos: Joaquín Sendra, Julián Montoro, Ángel Bello, Joaquín Antón Carrazoni, Jesús López Montoya, José Luis March y, desde 1996, José Santiago Pons, que celebra misa los sábados por la tarde.

 

Las fiestas y las tradiciones

Las fiestas tienen como día y motivo principal el de San Isidro el 15 de mayo. En estas fiestas, a las que acuden vecinos de todo el término, tienen lugar la procesión de San Isidro y bailes populares amenizados por buenas orquestas (con algún músico de la propia aldea). Tras la Guerra Civil, se empezaron a confeccionar arcos de enebro para el día del santo.

Siendo una aldea de población reciente, no son muchas las tradiciones que florecieron. Sin embargo, el mencionado Florentino García llega a recordar cómo durante algunos años sus hermanas confeccionaron varios "judas" que colgaban en un poste en la calle Utiel. Aunque los Mayos no se cantaron en Los Marcos, su alcalde pedáneo, Julián Montés, original de Campo Arcís, los cantó en Las Monjas según la versión de Campo Arcís. También la gente de Los Marcos acudía a las célebres fiestas de "Moros y Cristianos" al estilo de la Diócesis de Cuenca que se celebraban en Las Monjas y que se denominaban "Relaciones". Además, algunos años, los quintos se juntaban y realizaban zahoras que incluían la matanza de un cordero y baile. También algunos años los quintos pasaban a despedirse casa por casa de la aldea cuando iban "a cumplir con la patria". En Pascua se solía salir con la merienda a El Renegado, La Cornudilla y, junto con el resto del término, acudían a la Casa Garrido. Los bailes, amenizados por un acordeonista ("Lagarto", Remigio, Marcelino), eran frecuentes todo el año y, a falta de local específico, se realizaban en casas vacías o en construcción y, algún año, en la casa de D. Miguel Ortiz. Otras veces, especialmente en vendimias, los mozos acudían a Pedriches, La Cornudilla o Pino Ramudo donde tras un pasacalle realizaban baile al que acudían las vendimiadoras. Como vestigio de estos bailes queda el de fin de la vendimia, que se sigue celebrando con gran éxito en Los Marcos. En ocasiones, se acudía al baile de Los Ruices o Las Monjas.

En años de fuerte sequía, se produjo el "trueque de santos" entre San Isidro Labrador y la Virgen del Carmen de Las Monjas; y, a su vez, también se acudió a la Casa Segura donde se producía el trueque de San Francisco Javier de Jaraguas con la Virgen de Loreto de Venta del Moro. Por último, hay que señalar que el 31 de mayo de 1960 hizo su paso por Los Marcos la Virgen del Remedio de Utiel en el año de su coronación.

 

La vida cultural

La vida cultural era muy reducida, como corresponde a una población de pocos vecinos. Sí que existió antes de la guerra civil un efímero grupo de teatro dirigido por el maestro D. Clemente (desaparecido en la Guerra), que continuó con el también maestro nacional D. Leovigildo Aguirre (hacia 1945) dramatizando obras como "El guitarrico" o "Los mantecados purgantes".

También hubo un equipo de fútbol de no muy larga trayectoria denominado "El Relámpago" y que jugaba contra las aldeas cercanas.

 

La historia

La historia de Los Marcos es la típica de una alquería o caserío agrícola que deviene en aldea en el siglo XX. En 1836 pasó a pertenecer a Venta del Moro, tras la segregación de todo el término municipal respecto de Requena; en 1851, junto con el resto de la comarca, pasa de Cuenca a la provincia de Valencia; y en 1957 se desagrega en lo eclesiástico de la Diócesis de Cuenca para integrarse en la de Valencia.

Su nombre, "Casa de Los Marcos", es posible que derive de la familia que fundó el caserío.

Los primeros datos de Los Marcos son del siglo XVIII (de 1752) y los obtenemos de las "Respuestas Generales de Venta del Moro al Catastro del Marqués de la Ensenada" y también de las "Respuestas particulares" del mismo catastro que en su día pudimos comprobar en el Archivo Municipal de Requena. En 1.752 habitaban la aldea 2 familias. Una era muy pudiente, la integrada por Francisco de la Cárcel Marcilla, de 48 años, casado con Nicolasa Monteagudo, y sus 5 hijos (Manuel, Antonio, Francisco, Antonia y Josefa). Además, en su casa trabajaban 2 mulateros (de Las Monjas y Venta del Moro), 4 pastores de Requena y Utiel y una criada. La familia disponía de casa, corral y pajar en Los Marcos y tenía en total 322 almudes de tierra y unos 800 animales entre ovejas, primales, carneros, machos, cabras, chotos, etc. también tenían 106 colmenas. En la propia casa de Los Marcos tenían algo de viña, aunque la gran mayoría de todo el terreno era cereal. El otro vecino que habitaba en Los Marcos era Alonso Martínez, que llevaba en arrendamiento las tierras de la ermita anteriormente citada. Aparte de estos dos vecinos, había algunas casas más en Los Marcos (citadas entonces como "alquerías de Los Marcos"). Igualmente, tenía casa en Los Marcos, José Monteagudo, casado con Josefa Sánchez y con 6 hijos que residían en Pedriches, donde disponían de 434 almudes de tierras, la fuente, el ejido, la era y eran propietarios de la única casa de Pedriches de la que se tiene constancia. Pedro Peñarrubia, aunque sin residir tampoco, disponía de casa y tierras en Los Marcos. José Ximénez , vecino de La Pesquera, llevaba la labor y casa de "El Renegado" y disponía también de tierra y casa en Los Marcos. El resto de tierras de Los Marcos se lo repartían entre los hermanos de Pedro de la Cárcel y Martín García de Avengamar, que poseía 48 almudes de tierra en Los Marcos. Así, la perspectiva general de Los Marcos durante el siglo XVIII es la de un caserío con 2 familias residentes (unos 10-12 habitantes), una de ellas muy pudiente, y 5 casas; además de una propiedad de la tierra concentrada en muy pocas manos.

Durante el s. XIX, Los Marcos continuaba siendo un caserío en el que se contabilizaban 6 casas en 1870. Será desde inicios del s. XX cuando empieza la transformación en aldea de Los Marcos (por entonces, unas 15 casas desperdigadas por la actual aldea) con la venida de familias procedentes de caseríos cercanos como La Cornudilla (familia Montés, familia de Eleuterio García, familia del "Tío Rojo") o Pedriches.

Ya en el s. XX, a resultas del crecimiento demográfico, según Real Orden de 3 de agosto de 1918, se concede transitoriamente escuelas mixtas para la "Casa de Los Marcos", convocando una asamblea de mayores contribuyentes de la aldea para disponer de todo lo necesario (material pedagógico, instalaciones, etc.).

La vida agrícola estaba marcada antes de la guerra civil (1936) por la existencia de dos grandes fincas: la de D. Fernando Oria de Rueda (con las fincas de Los Vallejos, El Chiquitín, Las Carboneras, etc.), y la de Miguel Ortiz en la Cañada de Los Marcos y dedicada a viña. Estos dos grandes propietarios disponían incluso de sus propias líneas telefónicas, que extendieron desde Requena a Los Marcos. Estas fincas empleaban como mayorales y jornaleros a gentes de Los Marcos. Además, ya alguna otra familia empezaba a tener bastantes propiedades, como los hermanos Lucio y Gregorio Monteagudo. La construcción del ferrocarril Utiel-Baeza (hasta 1934-35), pues estaba previsto que Los Marcos tuviera su propia estación ferroviaria, también trajo prosperidad a la aldea, y los trabajadores andaluces dejaban sus reales en los dos cafés del momento, el de Julián Montés y el de Gaspar Moya. Sin embargo, ninguno de estos foráneos se afincó en Los Marcos una vez paradas las obras, como sí ocurrió en el pueblo o en otras aldeas.. Antes de guerra civil, ejercieron como alcaldes pedáneos Gregorio Ferrer ("Matías"), Lucio Monteagudo Gómez (1922), Simón Pérez Sánchez (1923) o Francisco García (1937). Durante la Guerra Civil, la C.N.T. se incautó de las fincas de Oria y de Miguel Ortiz, que les fueron devueltas tras la contienda. La finca de Miguel Ortiz fue vendida a la familia de Fernando Moya de Utiel, que poseía una fábrica de alcohol; pero la de Oria de Rueda fue parcelada entre diferentes familias de la aldea que empezaban ya a acumular propiedades por el proceso de compra tierras: familias de Argimiro Pérez, Moya, Montés, García, etc.

Paralelo a este proceso, Los Marcos continúan su consolidación como aldea y, en 1920, la constituyen 27 casas y 164 habitantes; en 1950, llega a 246 habitantes y 66 casas. Durante esta fase, convivían la tienda y panadería de Julián Montés (que repartía también a Los Ruices y Las Monjas), con las carnicerías de Argimiro Pérez, Jerónimo Maranchón y posteriormente la tienda de Fredes Pérez. Fruto de este crecimiento de la aldea será, en septiembre de 1953, el acta de adjudicación del Ayuntamiento de construcción de una nueva escuela mixta, la venta de terrenos en la aldea del Ayuntamiento a favor de vecinos de Los Marcos, según acta de 9 de mayo de 1954, la autorización concedida el 24 de abril de 1955 para la realización de obras en el pozo público ante la carencia de agua y, cómo no, los intentos del vecindario, alentados por el párroco D. Hipólito Lerín, por erigir una nueva iglesia. El Ayuntamiento de Venta del Moro realiza en los años 60 varias solicitudes de instalación de teléfono público para Los Marcos alegando, en 1965, que viven en la aldea 259 habitantes, y consiguiendo, en 1966, la aprobación de la subvención de la Diputación de Valencia.

Tras los años 50, el implacable éxodo rural que afecta a las aldeas venturreñas es más benevolente con Los Marcos y Las Monjas, gracias a la aptitud de las tierras colindantes para el monocultivo vitícola. Incluso, como dato destacable, señalaremos que, cuando todos los núcleos de población del término municipal venturreño y de la comarca estaban perdiendo habitantes en la década de los 60, Los Marcos era el único núcleo que seguía creciendo en número de vecinos. La razón debe residir en el mejor acceso a la propiedad de la tierra de la gente de Los Marcos y en la roturación de nuevas tierras, que debió facilitar que la población no tuviera que emigrar como sí que tuvieron que hacer los jornaleros y pequeños propietarios del pueblo y resto de aldeas de Venta del Moro.

No obstante, en 1975, la población se reduce ya a 190 habitantes; a 155 habitantes en 1986; a 119 habitantes en 1996, y se experimenta un ligero repunte hasta 121 habitantes en el año 2000.

Tras la guerra civil, ejercerán, entre otros, como alcaldes pedáneos: Julián Montés (en 1942 y durante muchos años), Eleuterio García, Dionisio Viana, Lucio Moya García (1965), Vicente García, Rafael Navarro Descalzo (1979), Félix Monteagudo Cárcel (1982) y, últimamente, Victorio Monteagudo (desde 1986). Desde hace tres años desempeña el cargo la joven Araceli Hernández.

Actualmente, todas las familias viven de la vid, de la que son productores importantes. Sin embargo, las parejas jóvenes suelen fijar su residencia en Utiel o Requena. Quizás la oportunidad de unos buenos servicios y la promoción de viviendas amplias y baratas, adaptadas a la vida del agricultor, facilitaría que la gente joven que continúa trabajando la tierra fijara su residencia en la aldea y , de esta manera, se intentar consolidar ese ligero repunte demográfico de principios del siglo XXI.

 

Informantes: Arturo Montés Robledo (77 años), Teodoro Moya García (72 años), Florentino García (88 años), Araceli Borja y Ayuntamiento de Venta del Moro.

 

Fuentes documentales y bibliográficas:

. Yeves Descalzo, F.A. Geografía e Historia de Venta del Moro. Venta del Moro, Ayuntamiento, 1977.

. Piqueras Haba, Juan La Meseta de Requena-Utiel. Requena, Centro de Estudios Requenenses, 1997. 2ª ed.

. López Montoya, Jesús "Inicios documentales de la Iglesia en Venta del Moro III". En: El Lebrillo Cultural, n.8, junio 1998.

. "Respuestas generales al Catastro del Marqués de la Ensenada del lugar de Venta del Moro". 1752 (manuscrito).

. "Respuestas particulares de Requena al Catastro del Marqués de la Ensenada". Archivo Municipal de Requena.

. Libros de actas del Ayuntamiento de Venta del Moro.

 

Evolución demográfica de Los Marcos

Año

Habitantes

Varones

Mujeres

1.752

2 vecinos

   

1.920

164 hab.

   

1.950

246 hab.

   

1.965

259 hab.

   

1.975

190 hab.

90

100

1.986

155 hab.

77

78

1.994

132 hab.

   

1.996

119 hab.

62

57

1.999

122 hab.

64

58

2.000

121 hab.

64

57

* 1752 : 2 vecinos equivalía aproximadamente a 10 habitantes.

 

Año

Casas

1.752

5

1.870

6

1.920

27

1.950

66

1.975

70

1996

81

 

 

* Población en número de habitantes.

 


Asociación Cultural Amigos de Venta del Moro

Lebrillo 17