Localismos lingüísticos

Autor: Ignacio Latorre Zacarés

        «Abarrer», «Agora», «Arambre», «Arraclán», «Arrempujar», «Celebro», «Cimenterio», «Denantes», «Escalabrar», «Esclafar», «Melguizo», «Miaja», «Moniato», «Rular», «Toballa», etc...

        La consulta en el diccionario siempre nos depara sorpresas. Un ejemplo nos lo ofrecen Luis García de Fuentes y Luis García Ejarque en su «Caudete de las Fuentes ayer y hoy» donde ,acertadamente, en un capítulo dedicado al habla local, nos reseña que palabras extraídas de nuestro ámbito lingüístico son aceptadas por el Diccionario de la Real Academia Española (máximo órgano en la materia). Así, contrariamente a lo que nos imaginamos, vocablos como «cimenterio», «arraclán», «toballa», «miaja», «celebro» en vez de «cerebro», «arambre» por «alambre», «denantes» por «antes», «melguizo» ( mellizo), «arrempujar», «moniato» por "boniato", no son producto de la mala pronunciación de palabras más comúnmente aceptadas, sino de arcaísmos que aún conserva nuestro habla y que son recogidos por el diccionario como es el caso de «agora» o «mesmo». Entre los verbos utilizados en nuestro dominio lingüístico y que son términos aceptados encontramos «abarrer» («abarrió con todo»), «espatarrarse», «escalabrar», «esclafar» ( «te voy a esclafar», «está bien esclafao en el sillón»), regalar como sinónimo de derretir ( «se regaló el hielo») y «rular» por «rodar».

       Nuestro habla, integrada dentro del dominio lingüístico castellano-manchego, pero con importantes influencias del aragonés, valenciano y murciano, conserva curiosas voces como «morciguillo» («murciélago»), «esparajismo» ( utilizada según el diccionario en Albacete y León con el significado de aspaviento), «galillo» (gaznate), «zahora» ( En La Mancha, comilona o merienda de amigos en que hay bulla y zambra), «zocato» (zurdo), «escandalera» (alboroto grande), «gasón», «samugo» ( En Albacete y Aragón, persona terca y poco locuaz), «avío», «somanta» («somanta de palos»), «chisque», «chorra» ( con las acepciones de pene y exclamación de sorpresa), «olisca», «Carracuca» ( «estar más tonto que Carracuca») y un largo etc.

       También es en el diccionario de la R.A.E. donde hallamos muchas palabras del léxico propio de faenas agrícolas como «desfondar», «sarmentar» ( no así exarmentar), «garbera», «rento», «ribazo», «alfalfe», «horma», «gallinaza» (estiércol de las gallinas), «cándalo» ( voz de Valladolid), «enverar» ( cuando empiezan las uvas a tomar color), «trullo» o también vocablos utilizados por la gastronomía local, caso de «magra», «grumo», «güeña»(aragonesismo), «matalahúva» (anís), «mojete» (salsa en la que se puede mojar pan), «panoja», «morteruelo» o «zurra» (sangría). Incluso el vocablo que da nombre a nuestra revista, «lebrillo», viene definida en el diccionario como «vasija de barro vidriado, de plata u otro metal, más ancha por el borde que por el fondo, y que sirve para lavar la ropa, para baños de pies y otros usos». Curiosamente una frase como «Agora rempujas o te escalabro con un gasón en todo el celebro que pierdes la chaveta» estaría compuesto íntegramente por términos aceptados por el diccionario.

Asociación Cultural Amigos de Venta del Moro
Lebrillo 1