Presentación de Fiestas Diciembre 2000
ROMANCE DEL CIEGO
Suena
música del “Romance de la Loba Parda” del Mester de Juglaría y en el
escenario se proyecta una imagen del Puente de Vadocañas. Desde el fondo de la
sala y, sin previo aviso, sale el ciego con un perro de lazarillo que avanza por
el pasillo central. El ciego va con bastón y vestido a la manera tradicional de
los pastores (pantalones malos y rotos, una cuerda por cinturón, sombrero
ancho, capa, zurrón). En la mano tiene un cornetín de pregonero que hará
sonar para llamar la atención de los espectadores. A medida que avanza hacia el
escenario y entre el público va pregonando, mientras mueve el bastón a una y
otra parte.
Toque
de cornetín
¡Padres
que tenéis hijos!
¡Hijos
que tenéis padres!
¡Abuelos
que tenéis nietos!
¡Nietos
que tenéis abuelos!
Toque
de cornetín
¡Oír
los tristes romances de este pobre ciego!
¡Tengo
cuentos e historias para todos!
¡El
romance de la loba parda!
¡La
historia de la triste Rosaura en su balcón!
¡Y
si no son de vuestro gusto estas historias, tengo el romance de la locura de la
Reina Juana, encerrada en su torre esperando la venida de su difunto esposo, el
rey Felipe malnombrado el Hermoso!
Ya
en el escenario
Y
si ustedes me lo permiten puedo narrar la funesta historia que habla del famoso
crimen de Cuenca, sucedido en la localidad de Valera de Arriba lindante con
Valera de Abajo.
¡Deteneos
en vuestros quehaceres y oir mis historias y si una vez oídas os gustan, darme
un mendrugo para yantar o bien un azumbre de vino que quita las penas y alegra
el corazón de este pobre ciego!
Toque
de cornetín. El ciego, tras percatarse que no le oye nadie, se dirige al perro
en un tono de voz más pausado:
Bueno
Nieves, heme aquí otra vez sólo. Bueno, sólo no, contigo que no eres poca
compañía desde que hace cinco años te hallé perdida en el lugar de Calatañazor.
Sí, Calatañazor, donde la leyenda dice que Almanzor perdió el tambor en una
apresurada retirada frente a los cristianos. Fue un día de grandes nieves, más
que cuando se nos perdió Onofre, y desde entonces llevas el nombre de
“Nieves”.
Sí,
cinco años recorriendo sendas y veredas, caminos de herraduras y atajos,
haciendo majada con los pastores y allegándome a caseríos, aldeas de mala
muerte, pueblos de peor nombre y lugares que de ni acordarme quiero.
¡Maldigo
al poeta que dijo que no hay mayor pena que la de ser ciego en Granada! ¡Aquí
lo quisiera ver, en estas resecas tierras de las Castillas, donde los campesinos
se esfuerzan para sacar un triste celemín de trigo!.
Nieves,
otra vez sólo y “perdío”. Más “perdío” que Ochando en la rocha. Salí
el sábado de Peralejos de las Truchas, donde ni caté peras, ni caté truchas,
pero allí conseguí que un lugareño me ofreciera una cama y unas buenas
almortas por medio maravedí. El día del señor alcancé la villa de Alarcón,
a orillas del Júcar, donde gracias a mi pobre condición fui alojado en un
castillo a cambio de relatar alguna historia de amor. Sí, la historia de D.
Juan, llamado el Tenorio, quien en noches de clara luna preguntaba a su amor
“Doña Inés ¿me quieres?” Y ella le respondía “Muchísmo”.
Siguiendo
el vuelo de una torcaza me allegué al noble lugar de Iniesta donde poco dormí,
pero menos yanté (esto último llevándose
la mano a la boca).
Y
hoy ya me “vides” Nieves, en esta polvorienta vereda, como un Quijote sin
Sancho Panza, buscando una posada para hacer noche antes de alcanzar la ciudad
de Requena, entre la Sierra de las Cabrillas y el Pico del Tejo. Crucé el
nombrado río de las cabras o Cabriel y pasé un enorme puente cuyo nombre me
dixeron allá en Iniesta. ¿Cómo era?. Alguien
del público grita “Vadocañas”.
Sí,
eso es, Vadocañas. Espera Nieves, (poniendo
la oreja hacia el público) que ahora parece que oigo algo, (ruido de cencerros) ruido de cencerros. ¡Ah sí, un rebaño de
churras!.
Dirigiéndose
al público.
¡Oiga, amable pastor¡ ¿Podría decirme a cuantas leguas puedo encontrar
alguna posada, fonda, morada o venta donde mis humildes y quebrantados huesos,
hartos de andar por toda la Mancha, encuentren reposo, y donde tengan a bien
ofrecerme una hogaza de pan negro por mis tristes historias? Acerca
la oreja hacia el público.
¿Cómo
dice buen hombre? ¿Que a dos leguas hallaré una venta regentada por un moro?
¿Que es buena venta donde los pastores hacen “majá” y arrieros, caminantes
y trajineros se detienen?. Pues dicho queda, proseguiré mi lento caminar hacia
la venta de ese sarraceno, musulmán o moro. Pero antes, dígame buen pastor,
donde puede hallar este sediento ciego una fuentecilla, arroyuelo, rambluza o
aljibe donde pueda saciarme de agua a falta de vino. Cambio
de diapositiva y se ve una de la Fuente de la Oliva. El ciego vuelve a acercar
su oreja al público.
¿A
cuatro pasos de aquí la Fuente llamada de la Oliva?. Pues muchas gracias, ándese
con buen ojo, aunque esta mal que lo diga este ciego, que antes que caiga la
noche puede que tengamos mojadas las espaldas. ¡Cerco de luna lluvia segura! !Cerco
de sol se moja el pastor! Sacando un pañuelo
sucio. ¡Adiós, Adiós! Y haga memoria cuando vea a este pobre ciego
trajinando por estos olvidados pueblos de Castilla en busca de un mal grumo a
cambio de un viejo romance. ¡Arrieros somos y en el camino nos encontraremos!
Cambio
de diapositiva y se ve un camino de tierra de fotografía antigua.
¿Lo
oíste como yo Nieves? Dos leguas nos quedan para alcanzar la venta de ese moro,
pero apresúrate (olfateando con la nariz
el aire) que ya huelo a nublo y barrunto agua. Se
oye un trueno y el ciego, tras un toque de cornetín, vuelve a pregonar,
mientras va saliendo de escena.
¡Óiganme
todos! ¡Campesinos y pastores, tejedores e hidalgos, curas y caballeros de
lanza¡ ¡Tengo historias para todos! ¡El Romance de la Serranita y el mancebo!
El
ciego desaparece del escenario, cambia la música del romance por música
medieval (cantigas, motetes) y aparecen las dos presentadoras vestidas a la
antigua usanza.
Presentadora
1 :
¡Oyó algo su señora!
Presentadora
2º :
Sí me parece que ha venido un “turrunero” pregonando su mercancía.
Presentadora
1º:
Claro, tal día como hoy empiezan las fiestas. Ya veo a los hombres yendo a por
la leña, y las mozas con sus majos puestos. Pero antes tenemos que dar inicio a
la presentación de las damas de este año.
Entre
medias de la presentación:
Se
oye por detrás del escenario un toque de cornetín (el ciego no se le ve en
esta escena):
¡Abrir paso a este desamparado ciego que sólo busca un mal techo donde reposar
y un cuarto de gachas para continuar de mañana mi camino!
Presentadora
1º : No
se lo dije señora, sigo oyendo a alguien pregonar su mercancía y paréceme que
no son los “turruneros”
Presentadora
2ª:
Tranquila moza, que serán los campesinos que habrán acabado de trillar las
mieses y llamarán a la familia para limpiar la era.
Presentadora
1º :
Bueno, no le llevo la contraria, pero paréceme a mi que se trata de otra cosa.
Final:
Diapositiva
de calles viejas del pueblo. Música de “La Serrana de la Vera”. Con las dos
presentadoras en el escenario, vuelve el ciego con el perro lazarillo,
pregonando :
Toque
de cornetín
Ciego:
¡Ay
madre cuanta “jambre” y que helor ! Me estoy quedando más tieso que
una llave. ¡Ah de la posada! ¡Hagan caso a este ciego que viene trajinando por
angostos caminos y polvorientas veredas en busca de público que quiera oir las
historia jamás contada de la Cueva de los Ladrones y los “fechos” que allí
acaecieron. Olfatea el aire. Cambio de diapositiva y aparece una de la hoguera de la Virgen de Loreto.
El “fato” (señalándose la nariz)
me dice que aquí huele a lumbre. ¡Qué digo a lumbre, a hoguera y no pequeña!.
Sigue olfateando el aire. ¡Ay, Ay,
Ay, yo me quedo que “olo” a chuletas en brasa! Paréceme Nieves, que por fin
he encontrado un buen lugar donde reposar los dos. Pero, ¿Quién anda ahí?
Presentadora
2º :
Una buena mujer que le ayudará en todo aquello que sirva usted pedir. Pero, si
me perdona mi ávida curiosidad ¿Quién es usted y de dónde viene con
semejantes avíos?
Ciego :
Qué dos grandes preguntas. ¿Quién soy? Ni yo mismo me acuerdo de mi nombre,
pues por donde paso con mis tristes letanías todos me dicen “el ciego” y
eso soy, un ciego sin nombre a quien nadie espera en ningún sitio. ¿Y de dónde
vengo?. De todos los sitios y de “nenguno” en concreto. Desde que en mala
hora naciera, allá en el lugar de Nuñoblasco de Matacabras, en pleno páramo
de Ávila, no he parado de andar caminos en busca de lo que mi santa madre, que
en el infierno repose, no me quiso dar.
Presentadora
1º :
¿Y qué se le ofrece por estos pagos?
Ciego,
dirigiéndose al público confidencialmente y a espaldas de la presentadoras :
Pardiez,
que no es una moza, sino dos y al parecer de armas tomar (esto
último haciendo el gesto de tener dos buenas tetas). Vuelve a dirigirse a las
presentadoras : ¿Ofrecer ? Madamas, pero que puede ofrecer este
triste ciego que sólo tiene un perro para que le ladre. Yo non vengo a ofrecer,
sino a pedir la santa caridad a trueque de mis historias que han paseado medio
mundo incluyendo la Serranía de Cuenca. Pero, ilustres señoras, si me perdonan
mi exceso de confianza, ¿les podría preguntar adonde llegué y a que se debe
este crepitar y olor a humo ?(olfateando
el aire).
Presentadora
2ª :
Pues llegó usted a buen pueblo y en buena hora. Esto es Venta del Moro y lo que
usted “olismea” es la hoguera de la Virgen de Loreto, mañana es el día
grande de la fiesta.
Ciego,
moviendo la cuerda del perro :Oyes,
Nieves. Por fin llegamos a esa venta que nos anunció el pastor cuando anduvíamos
por las Derrubiadas. Y díganme madamas : ¿Donde se halla la venta de ese
moro para poder hacer un alto en mi trasiego por estas tierras?
Presentadora
1º :
¿La Venta? ¿Pero en que siglo vive usted pobre hombre ?. Hace muchísimos
años que no se sabe nada ni de la venta, ni del moro, ahora lo que hay es una
sucursal de Bancaja.
Ciego,
dirigiéndose al público y con cara de extrañado :
¡La Virgen y que será eso de Bancaja! Pues si no queda venta, ni moro, por lo
menos díganme ustedes a quien puedo contar alguno de mis romances a cambio de
cualquier cosa que les sobre : un cuartillo de ajo arriero, una habas
friticas...
Presentadora
2º :
Si de narrar historias se trata, aquí mismo y ahora puede contarnos lo que
usted guste, que nunca le faltará un buen pedazo de cordero en la brasa de la
hoguera con un trago de vino.
Ciego,
dirigiéndose al público :
¡Pardiez, ha dicho cordero¡ Pero si no me acuerdo ni aún del sabor. Dirigiéndose
a las presentadoras : Oyeron alguna vez la tenebrosa historia del
crimen de Cuenca.
Presentadora
1ª :
No nunca, hoy es buen día para ello. Pero antes refrésquese el gaznate con
este titnto que es de denominación de origen. Le pasan al ciego una bota de vino. Cañón de luz iluminando sólo al
ciego.
Ciego :
Pues ahí va. Da un trago enorme de la
bota de vino. Y empieza a recitar el crimen de Cuenca sobreactuando
exageradamente :
En
una fría noche de invierno
cuando
más calentaba el sol
un
“maná” de gorrinos
revoloteaba
de flor en flor.
El
pastor ciego que los guiaba
completamente
desnudo
y
con las manos en los bolsillos,
leyendo
un periódico al revés que así decía:
¡Misterioso
crimen de Cuenca¡
Un
niño de noventa y dos años
ha
sido atropellado
por
la rueda de un encendedor.
Moraleja :
de
los árboles frutales
el
mejor es el cenizo
que
de sus raíces echa
mangas
para los chalecos.
Cambiando
el tono de voz, prosigue el ciego :
Y ahora todos a continuar la fiesta que colorín, colorado este cuento áun no
ha empezado. Se baja el telón.
Asociación Cultural Amigos de Venta del Moro
Presentación de Fiestas Diciembre 2000