Absolutistas y Liberales en Venta del Moro: 1820-1837

© José Luis Hortelano Iranzo

Al finalizar la Guerra de la Independencia, y vuelto a España, Fernando VII derogò la Constitución de 1812 y todas las leyes surgidas de las Cortes de Cádiz, restableciendo el Antiguo Régimen.

Ello provocó una fuerte división de los españoles en dos grandes grupos: absolutistas, partidarios del poder absoluto del rey, y liberales, que proponían una Monarquía Constitucional en la que los poderes del rey quedasen limitados por un Parlamento o Cortes. Además, había otras diferencias profundas entre ambos grupos: los absolutistas eran partidarios de mantener los grandes privilegios de la nobleza y la Iglesia, del mantenimiento de la Inquisición y de la supresión del derecho de voto; por su parte, los liberales querían eliminar los privilegios nobiliarios y eclesiásticos, desamortizar las tierras de la Iglesia, suprimir la Inquisición, estableciendo la libertad de pensamiento, separar Iglesia y Estado y conceder el derecho a voto de los ciudadanos (personas que pagaban determinados impuestos).

La mayoría de la población era absolutista, bien por conservar sus privilegios, bien por ignorancia; mientras que, aproximadamente, un 25% tenía ideología liberal, concentrados en las poblaciones industriales y comerciales y dentro de unos grupos sociales muy concretos.

Entre 1814 y 1819 hubo varios intentos de golpes militares a fin de restaurar la Constitución de Cádiz, protagonizados, fundamentalmente, por mandos militares provenientes de las antiguas guerrillas antifrancesas, pero todos fracasaron. Hasta que en 1820, el coronel Riego, se sublevó en Cabezas de San Juan y consiguió la adhesión de muchos militares, hartos de la camarilla que rodeaba al Rey.

Se inicia así el llamado Trienio Liberal (1820-1823) que impone, de nuevo, las leyes aprobadas en Cádiz y la Constitución. Y es en ese momento cuando se produce un hecho importante para Venta del Moro: su Concejo se independiza del de Requena, vieja aspiración de los venturreños, que consiguió efímeramente entre 1813-1814. Para conmemorar dicho acontecimiento se coloca en una pared de la Iglesia una lápida con la inscripción "Ayuntamiento Constitucional de Venta del Moro. ¡Viva la Constitución!. 1823".

Pero poco después, en mayo de 1823, Fernando VII vuelve a instaurar el absolutismo, con ayuda de las tropas francesas, los llamados Cien mil hijos de San Luis, enviados por las potencias absolutistas reunidas en el Congreso de Verona, a petición secreta del rey español. Se vuelve al estado de cosas anterior a 1820 y Venta del Moro pasa a ser, de nuevo, aldea de Requena. Este hecho traerá como consecuencia, que la mayor parte de la población venturreña se declare partidaria de la causa liberal.

Los sucesos referentes a Venta del Moro que vamos a narrar a continuación, proceden del libro de Miguel Ballesteros "Historia de Utiel":

"... ya comienzos de mayo (1823) (los realistas) levantaron una partida en la villa con la ayuda de D. Bartolomé Rousell y a las órdenes del Cabañil. El día del levantamiento hicieron pedazos la lápida de la Constitución y algunos pocos liberales huyeron de la población, ocultándose en los caseríos y en las poblaciones que ofrecían mayor seguridad.

Desde la villa se encaminaron a la Venta del Moro, donde borraron las letras de la lápida liberal y en el hueco donde se hallaba la piedra, colocaron un crucifijo sacado de la iglesia. El lema de estos voluntarios era: Religión, Rey e Inquisición. ...

... Poco tiempo después los liberales de Venta del Moro en número de diez o doce, formaron una contraguerrilla y el crucifijo colocado en su pueblo delante de la incripción liberal fue apedreado por ellos y hecho pedazos. Viniéronse a Utiel donde observaron igual conducta que los realistas con sus amigos de la villa;...

La milicia realista (de Utiel) inauguró sus servicios aprehendiendo a fines de año (1825) en la casa de la Sartenilla de nuestro término, a tres individuos que habían pertenecido a una partida disuelta, la que dio muerte al comandante de voluntarios de la villa de Cofrentes. Serían tal vez restos de la guerrilla liberal de Venta del Moro."

Durante la Década Ominosa (1823- 1833) Venta del Moro resistió la presión para que sus habitantes formaran parte de los Voluntarios Realistas, teniendo escritos del comandante e inspector de las milicias de la comarca, D. Pedro Alamanzón y del Ayuntamiento de Requena para que formaran dicho cuerpo, con amenazas de fuertes sanciones. Sólo sabemos que hasta 1827 no existen estos voluntarios, pues los estadillos de 1826, no figura Venta del Moro.

En 1833, cuando se eliminan los Voluntarios Realistas, en Venta del Moro figuran como inscritos diez voluntarios, que carecen de fusiles.

En los años 1835, 1836 y 1837, con motivo de los diferentes ataques de las facciones carlista a Requena, figuran entre sus defensores los Milicianos Nacionales de Venta del Moro, aunque no sabemos su número, por ser, por
fin, municipio independiente de Requena y figurar dichas noticias en su Archivo Municipal, lamentablemente destruido durante la Tercera Guerra Carlista, en 1874.

Y estas son las noticias que hemos podido averiguar sobre las milicias liberales y absolutistas de Venta del Moro entre 1820 y 1837.


Bibliografía

-Ballesteros Viana, M.: Historia y anales de la mi leal, muy noble y fidelísima Villa de Utiel. Valencia. Imprenta del Correo de Valencia. 1899. Reedición en Utiel, 1973. Cooperativa Utielana de Artes Gráficas.

-Archivo Municipal de Requena: Caja 1819/11.

 

 

Asociación Cultural Amigos de Venta del Moro

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