Vadocañas y los vados sobre El Cabriel en época ibérica

© David Quixal Santos (Museu de Prehistòria de València. david.quixal@uv.es), Andrea Moreno Martín (Departament de Prehistòria i Arqueologia. Universitat de València. andrea.moreno@uv.es)

Introducción

Los ríos han constituido siempre un elemento fundamental en la organización del territorio de las sociedades pretéritas, siendo la época ibérica un muy buen ejemplo de ello. Los geógrafos antiguos en múltiples ocasiones los tomaban como fronteras naturales entre los diferentes pueblos o etnias. La Arqueología del Territorio, por su parte, los ha visto más como delimitadores de los territorios o áreas de influencia de determinadas ciudades o lugares centrales, aunque siempre apoyándose en otros argumentos de corte arqueológico. Sin embargo, los ríos no sólo pueden interpretarse como fronteras por la dificultad que en ocasiones entronca su cruce o por los escarpados paisajes que crean sus cursos, sino que también constituyen a menudo idóneas vías de comunicación, tanto de tipo fluvial allí donde las condiciones lo permitan, como terrestre con vías y caminos paralelos a sus aguas. En el presente trabajo veremos como el río Cabriel es un buen ejemplo de carácter fronterizo, aunque ello no impidió, al mismo tiempo, formara parte de diferentes vías de comunicación aprovechando la existencia de vados y zonas de paso.

Nuestras líneas de investigación giran en torno a la organización del poblamiento en época ibérica y romana en la Meseta de Requena-Utiel, área que a grandes rasgos correspondería con el territorio de la antigua ciudad ibérica de Kelin (Caudete de las Fuentes). Dicho asentamiento tuvo una ocupación  ininterrumpida entre los siglos VII-I a.C. y ejerció de capital al menos desde el siglo V a.C. (MATA, 1991). A partir de las excavaciones en este yacimiento y, sobre todo, de 20 años de prospecciones en la comarca y un intenso y detallado análisis del territorio, hemos propuesto, partiendo de los polígonos de Thiessen, que dicho territorio tendría unos límites naturales semejantes a los de la comarca actual (MATA, 2001; MORENO, 2010, 55-58 y fig. 18). En su orla meridional, al igual que ocurre hoy en día, el río Cabriel constituiría la frontera más clara por su longitud y por el fuerte desnivel respecto a la meseta que crea su cauce (500 vs 300 msnm = unos 200 m menos en el río). Dicho valle separaría el territorio de Kelin del de la ciudad ibérica de Ikalkusken / Ikalesken (Iniesta, Cuenca) (MARTÍNEZ VALLE, 1995). No obstante, no debemos entender aquí las fronteras como espacios cerrados, sino espacios abiertos, permeables y dinámicos que permitirían la comunicación entre los territorios limítrofes. Y para que ello sea posible en el caso de un río, es necesario el establecimiento de puentes o, cuanto menos, el conocimiento y uso de vados y zonas de paso para la articulación de vías de comunicación.

El río Cabriel: yacimientos ibéricos.

En estas líneas pretendemos abordar la cuestión de los diferentes vados sobre el río Cabriel en época ibérica y, de manera secundaria, también en época romana. El trabajo se centra sobre todo en el paso de Vadocañas y las diferentes vías que pudieron partir desde Kelin u otros núcleos ibéricos hacia el Oeste-Suroeste, recogiendo además otros posibles pasos que tuvo el río, así como el poblamiento que conocemos a lo largo del mismo.

Mapa con los yacimientos ibéricos y vados/pasos históricos del Cabriel. Pajazo (1), Contreras (2), Fuenseca (3), Vadocañas (4), Casas del Rincón del Ramo (5), El Tochar (6), Tamayo (7), Casas de Cárcel (8), Fuente Podrida (9), Casas de Caballero (10), El Periquete (11) y Rincón de Taray (12).

El Cabriel entra en la Meseta de Requena Utiel por el Oeste, en la zona donde actualmente está el embalse de Contreras, y sale por el Sur a la altura de Casas del Río, ya que a partir de allí desciende hacia Cofrentes para acabar desembocando en el Júcar. Actualmente todo él constituye el Parque Natural de las Hoces del Cabriel. A lo largo de su curso se diferencian una serie de vados: zonas donde el curso de agua baja más calmado y la profundidad es menor, por lo que simplemente con troncos, barcazas u otros medios sería posible el pasar de una orilla a otra. El problema de la Arqueología es que si dichos puntos no se consolidan con la construcción de un puente o algún tipo de estructura, difícilmente pueden rastrearse al a menos que se asocie a algún núcleo de población cercano o se establezca el posible tránsito de una vía. Podemos enumerar como principales los vados históricos de Pajazo, Contreras, Fuenseca, Vadocañas, Tamayo y Fuente Podrida (fig. 1).

En torno a su curso, en las mismas riberas o en sus proximidades, se han documentado también numerosos yacimientos ibéricos (fig. 1). No obstante, difícilmente se puede plantear dicho río como una unidad práctica a efectos de poblamiento, ya que la distancia entre los mismos en ocasiones es enorme, algo lógico si tenemos en cuenta la longitud del río simplemente en su paso por esta comarca. En este trabajo simplemente agrupamos una serie de yacimientos que presentan una característica común: estar ubicados a lo largo de las extensas riberas del río, tanto en el lado valenciano como en el manchego (Cuenca y Albacete). Somos conscientes de que su presencia no tiene por qué estar relacionada necesariamente con puntos de paso, ya que las orillas de un río son espacios muy fértiles y con sobrada disponibilidad de agua, lo que permitiría el establecimiento de prósperos asentamientos agrícolas. No obstante, su ubicación coincidente en algunos casos con puentes o vados históricos nos permite relacionarlos con posibles zonas de paso, aunque ello fuera sin la construcción de puentes de obra o madera.

Si atendemos a una evolución por fases, durante los inicios del mundo ibérico (s. VI a.C.), tenemos ya un yacimiento, el de Casas de Cárcel (Requena), directamente relacionado con un paso tradicional, el de Villatoya-Fuente Podrida. Se trata de un yacimiento compuesto por material escaso y disperso alrededor del caserío del mismo nombre, que se vio gravemente afectado en el 2006 por la construcción de un nuevo puente sobre el río en la N-332. En el s. V a.C. aparece otro yacimiento, las Casas del Rincón del Ramo (Iniesta), un hábitat rural con material abundante y restos en superficie de una posible casa, afectada por la construcción de un camino forestal.

Ya en el Ibérico Pleno (ss. IV-III a.C.) contamos con un mayor número de yacimientos ribereños, ya que a Casas de Cárcel y las Casas del Rincón del Ramo se suman El Tochar (Venta del Moro), Tamayo (Villamalea, Albacete) y el Rincón de Taray (Requena). El Tochar es un yacimiento compuesto por escaso material cerámico ibérico alrededor de un antiguo caserío, panorama semejante al que encontramos en Tamayo cerca de un paso conocido. Rincón de Taray se ubica en una ladera hacia el río y ha sido fuertemente afectado por la erosión de lugar.

El Ibérico Final (ss. II-I a.C.), fase tardía del mundo ibérico ya bajo la presencia romana en la Península, también es muy interesante en cuanto a ocupación de zonas de paso en el Cabriel. Desaparecen todos los núcleos anteriormente ocupados y aparecen tres nuevos, no sabemos si como respuesta a cambios en las rutas o simplemente como diferentes estrategias de hábitat. Tenemos documentados los yacimientos de Vadocañas (Iniesta), Casas de Caballero y El Periquete (Requena). Vadocañas está próximo a las Casas del Can, donde se observan muros prácticamente en superficie, así como la reutilización de sillares en la construcción del citado caserío. El material arqueológico es escaso: cerámicas ibéricas (fig. 3.2 y 3.3), dos pondera, dos fragmentos de ánfora campana republicana, cuatro de sigillata hispánica (entre otras, una forma Drag. 15/17) y un dolium (fig. 3.1). En Casas de Caballero el material es escaso y disperso en una ladera al Este de la rambla de Caballero, en frente del caserío con el mismo nombre. Allí destaca el hallazgo de un borde de dolium (fig. 3.5). Por último, en El Periquete el material está concentrado en una ladera al Norte del río y apareció tras una reciente roturación que pudo afectar al yacimiento.

El material es principalmente ibérico con, entre otros, un kalathos de ala plana (fig. 3.4), pero también hay piezas romano republicanas (ánfora itálica y un dolium) e imperiales (sigillata).

Por tanto, hemos contabilizado hasta un total de ocho yacimientos ibéricos e iberorromanos en los márgenes del Cabriel, de los cuales tres están muy próximos o son coincidentes con pasos tradicionales (Vadocañas, Tamayo y Casas de Cárcel).

Vista del yacimiento de Vadocañas (Foto Consuelo Mata)

Materiales ibéricos finales de los yacimientos de Vadocañas, Casas de Caballero y El Periquete

Vados y vías de comunicación

La existencia de dos importantes núcleos a ambos lados del Cabriel, Kelin e Ikalesken,unido al extenso y completo registro arqueológico que evidencia la existencia de un comercio y movilidad durante la época ibérica, nos permite plantear la existencia caminos prerromanos que vincularan ambos territorios. Ripollès ya apuntaba que la concentración de monedas de Ikalesken en Vadocañas, Villatoya y Kelin, indicaba la existencia de una ruta y confirmaba estas comunicaciones y contactos (1999, 154). Dicha ruta se extendería a una escala mayor, como demuestra la presencia también de tres monedas de Ikalkusken/ Ikalesken y un as de Kelin también en el Pico de los Ajos (Ripollès, 1979), lo que apoya también la idea de plantear el valle del Magro como una importante vía entre La Carència, Kelin e Ikalesken y, a mayor escala, entre el litoral (Portus Sucronem o Valentia) y el interior meseteño durante época ibérica y romana (ALBIACH et alii, 2007; QUIXAL, 2008).

En la reciente tesis doctoral presentada por uno de nosotros (MORENO, 2010) se analizó el registro material y el territorio de Kelin mediante el empleo de Sistemas de Información Geográfica (SIG), y se propuso una red de posibles vías de comunicación entre Kelin y los territorios vecinos. Los SIG nos permiten vincular bases de datos e información arqueológica con cartografía de todo tipo, posibilitando el cálculo del camino más rápido y con menor coste energético, también denominado camino óptimo, entre dos puntos. Respecto a la comunicación con el interior peninsular y, entre las dos ciudades que aquí nos interesan, este trabajo también ofrece información y propuestas interesantes que recogemos sintéticamente en este artículo (MORENO, 2010, 176-179 y fig. 69).

La ruta calculada ofrece tres variantes: por el Pajazo, por la Puenseca/Fuenseca y por Vadocañas (fig. 4):

Paso por el Pajazo: Este paso aparece documentado al menos desde el siglo XV y hasta el XVIII. De hecho, este vado se insertaba en el camino Real de Valencia a Toledo y Madrid, como recoge el repertorio de caminos de Villuga en el siglo XVI (LATORRE, 2009b). Su uso empezó a decaer a mediados del XIX una vez inaugurado el puente de Contreras (1851), que se encuentra a escasos 2 km al Sur (SANCHIS DEUSA, 1993, 89). Al no tener documentación arqueológica, en parte porque las aguas del embalse actual de Contreras cubren totalmente dicho paso, poco podemos decir para época protohistórica si no es un estudio de su entorno (fig. 5). Debemos recordar la existencia a ambos lados delrío de minas de sal, tanto en Villargordo (Valencia)como en Minglanilla (Cuenca), unrecurso que por su excepcionalidad y naturalezafue ampliamente valorado en la antigüedad.

También hay que valorar la presencia de algunos yacimientos ibéricos en sus inmediaciones, entre ellos la cueva-santuario de la Cueva Santa (Mira, Cuenca), dato importante porque se ha visto que frecuentemente las mismas se establecen cerca de zonas de paso o fronterizas (QUIXAL, 2008, 159). En el término de La Pesquera (Cuenca) se han hallado los restos de una posible calzada romana, muestra de la importancia de esta zona como nexo de unión con las vías hacia Aragón, Andalucía y el interior peninsular (PALOMERO, 1987, 323; ARIAS, 2003).

Por la Puenseca/Fuenseca: Es sin duda el más complejo de interpretar, incluso a nivel toponímico. El paso de la Puenseca citado históricamente ha oscilado entre los 7 y 1 km al Norte del puente de Vadocañas. Diversos son los investigadores que han considerado este puente como el más antiguo del Cabriel a partir de las anotaciones de Rafael Bernabeu en su Historia Crítica y Documentada de la ciudad de Requena (1945), siendo el de Vadocañas su sustituto y, a la vez, consolidación mediante un puente mayor de obra en el s. XVI (LÓPEZ MONTOYA, 1997; LATORRE, 2007). Al calcular el camino óptimo de Kelin a Ikalesken mediante SIG se obtuvo un trazado que bordea la Sierra del Rubial, siguiendo a grandes rasgos el denominado Camino de Minglanilla y la Cañada del Moluengo, para cruzar el Cabriel por un paso que sigue la Rambla de la Huerta de San Mateo, cerca del punto conocido como Rabo de Sartén-La Fonseca. Por tanto, cruzaría el río en un punto más alejado de Vadocañas de donde las recientes investigaciones han colocado el posible puente. Este trazado pasa hasta por 7 yacimientos conocidos de los ss. IV-III, aunque no conocemos la existencia de ninguno próximo al río, por lo que poco más podemos aportar a la espera de futuros de trabajo de campo.

Por Vadocañas: La tradición local y el mundo académico le dan un origen romano, aunque, tal y como comentamos en el párrafo anterior, es más probable que, en caso de haber un puente anterior a la época moderna, ese fuera el de la Puenseca. Según varios autores, por este vado transcurría un ramal de la vía Augusta que desde Valentia atravesaba el altiplano de Requena-Utiel y se dirigía hacia Segóbriga pasando por Iniesta (ALMAGRO-GORBEA, 1976-78, 98-ss.; PALOMERO, 1987, 38 y 186; ARASA Y ROSSELLÓ, 1995, 59; RIPOLLÈS, 1999, 154; MOROTE, 2002, 242). El tránsito en época histórica está bien documentado ya que por el puente del Vadocañas transcurría, desde la baja Edad Media, la Vereda Real de la Mancha y el Camino de Requena hacia Toledo y Madrid, aunque el tránsito en esta época era más denso por el Pajazo, como ya hemos comentado (LATORRE, 2009a). A diferencia de los dos casos anteriores, aquí sí que se ha podido documentar un yacimiento ibérico en las proximidades del vado, tal y como hemos visto.

Partiendo de estas premisas, se realizó el cálculo del camino óptimo desde Kelin a Iniesta por Vadocañas: el recorrido resultante pasa por las inmediaciones de 6 yacimientos de los siglos IV-III (uno de ellos unas salinas) y por 3 de los siglos II-I a.C. Una vez en Vadocañas, sigue la rambla de la Consolación hacia Iniesta. Toda esta información, nos permite defender la hipótesis de que por Vadocañas sí transcurría una ruta en la antigüedad, confirmando así que el vado estaría ocupado al menos desde los ss. II-I a.C., sin poder obviar que su uso como paso fuera incluso anterior.

Propuesta de las diferentes vías desde Kelin hacia el O-SO, según Moreno 2010

Conclusión

El registro arqueológico y los análisis implementados evidencian que las comunicaciones entre la Meseta de Requena-Utiel y el interior castellano en época ibérica se efectuarían aprovechando a la existencia de vados y/o zonas de paso sobre el río Cabriel, de los que el Pajazo, Puenseca y Vadocañas parecen los más claros, especialmente este último si nos referimos a la comunicación entre las ciudades ibéricas de Kelin y Ikalesken.

Nos gustaría finalizar este breve y modesto texto reivindicando, además, el uso de las nuevas tecnologías y el estudio de materiales y yacimientos arqueológicos a escala regional como procedimiento para abordar el análisis de los caminos y vías antiguas, superando así el mero estudio y restitución de puentes, caminos y veredas de historia más reciente.

 

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