Los alcaldes pedáneos, que muchas veces apenas sabían bien leer y escribir, se auxiliaban del fiel de fechos, quienes solían redactar y escribir con excelente caligrafía. Pero indudablemente lo hacían en papel corriente, sin ningún membrete ni sello propio, sin más fianza que la firma del pedáneo y a veces la del citado escribano, y enviaban sus peticiones, sus quejas, sus repartos y comunicaciones de hechos importantes y significativos, al ayuntamiento de Requena..., y algunas quejas, contra dicho Ayuntamiento, eran enviadas al Gobierno Civil de Cuenca.

Pero llegó la emancipación; y se supone que alguien debió pensar en que algún distintivo propio debía ser "señalero" de la recién delimitada y proclamada Villa, sin que ello prosperara hasta unos treinta años después.

Así pues, en principio, los oficios, partes, instancias y demás documentos oficiales, cuando eran corrientes, se escribían en papel simple, aunque ya figuraba un membrete escrito a mano por el propio secretario, que decía: "Alcaldía Constitucional de Venta del Moro"; y cuando el asunto revestía importancia (actas, oficios judiciales, pesquisas, requisitorias, etc.) se escribía en papel sellado del año correspondiente, en el que figuraba el escudo de la Reina Isabel II, el año y el precio del papel sellado. Como ejemplo, el siguiente:

Pero hacia 1854, ya los documentos se timbraban como membrete o se sellaban con el "cuño" o escudo genérico de la monarquía isabelina, orlado con la leyenda "DEL AYUNTAMIENT0 DE VENTA DEL MORO". Este sello debió implantarse en nuestro pueblo poco antes o a raíz de la "Vicalvarada" o levantamiento progresista del 18 de julio de 1854 en que Espartero y O’Donnell se erigieron como Gobierno casi revolucionario, y al que se adhirió Venta del Moro (tenemos copia del acta remitida a Requena, con la certiticación del secretario D.Félix Cantorné y el visto bueno del A1calde Marceliano Pérez y 20 firmas más de las entonces fuerzas vivas, incluido el Sr. Cura, de nuestro pueblo)

Este sello, cuya figura se acompaña, hubo de durar hasta la Revolución de 1868 («La Gloriosa») en que fue destronada Isabel II por Prim, Serrano y Topete, tras la batalla de Alcolea.

Repetimos que este sello o escudo no era significativo como propio de Venta del Moro, sino que era el escudo borbónico de la Reina Isabel II.

Por fin, en algún documento de 1868 (una simple petición de cédulas personales a Requena, oficio firmado por Manuel Moya el 6 de Septiembre de 1868) se ve como membrete y distintivo el primer escudo que tuvo Venta del Moro, que consta de una torre redonda, a modo de castillo almenado (al estilo del escudo de Castilla), orlado con la leyenda "ALCALDIA CONSTIT(ucion)AL DE VENTA DEL MORO". Éste fue, sin duda, el primer emblema de nuestro pueblo, que significaba lealtad y firmeza, como era costumbre genérica en todos o casi todos los pueblos de raíces castellanas. Simple escudo, sin otras connotaciones ni simbolismos, que por entonces, dada la escasa edad de efectivo independentismo (unos 30 años) se consideraría suficiente y que suponemos alegraría y enaltecería a las gentes y a los rectores de la joven municipalidad.

¿Puede ser que, si no tenía la autorización facultativa de la Academia de la Historia, hubo de retirarse en algún momento, para volver a utilizar, tanto en membretes como en sellado, el de la Monarquía o Corona de España, única y simplemente? Posiblemente sucediera así para la Regencia de María Cristina y reinado de Alfonso XIII; como después sucedió con el empleo único del escudo de España y la corona mural adoptado por la República de 1931, y como después, en la Era de Franco, se hubo de adoptar el del águila imperial y toda su distintiva parafernalia de signos y leyendas.

Sin embargo, hubo un momento propicio para significar y simbolizar con un escudo propio nuestra municipalidad y nuestra pequeña historia, el año 1952. Se estudió y promovió ante las autoridades competentes, tanto administrativas, como históricas y artísticas, lográndose la aprobación del escudo de Venta del Moro, el que hoy existe: "Un puente (signo de paso, camino y posada) sobre el que campea el histórico castillo o torre almenada (signo de nuestras ancestrales raíces) orlado con las hojas de roble (que simbolizan la fortaleza y el trabajo), con la leyenda LEAL VILLA DE VENTA DEL MORO". Lo de "Leal" se lo ganó cuando recién constituido pueblo luchó en defensa de Requena contra los carlistas, y lo de "Villazgo" fue adquirido con derecho propio en el momento de su emancipación, reconocido por todos los Estamentos y así dictaminado en las esferas locales, comarcales, provinciales y regionales.