Las Misiones Pedagógicas en la II República

SU INCIDENCIA EN VENTA DEL MORO Y LA MESETA DE REQUENA-UTIEL

 

Autor: Alfonso García Rodríguez

Al poco tiempo de la proclamación de la II República -14 de abril de 1931 - se crea el Patronato de Misiones Pedagógicas. Su objetivo era el fomento de la cultura, la orientación pedagógica de los maestros y la educación ciudadana de las gentes que viven en las zonas rurales más atrasadas, para inculcarles los valores republicanos..

Subvencionadas con fondos públicos cuentan con servicios de biblioteca, música, cine, coro y teatro, museo ambulante y guiñol. Los pueblos visitados reciben una biblioteca, con alrededor de cien libros, y un gramófono con una colección de discos.

La labor de las Misiones se ralentizó en el "Bienio Negro" -1934-1935-, y finalizó al iniciarse la Guerra Civil. No así la labor de las Bibliotecas de Misiones que en Valencia, gracias al trabajo del equipo de María Moliner funcionó hasta el final de la guerra.

El esfuerzo de las Misiones y de los voluntarios culturales que las llevaron a cabo, se ocultó por parte de los vencedores, y muchos de los que participaron en ella -enseñantes y pedagogos, en su gran mayoría- fueron represaliados por formar parte de esa España que luchó por la igualdad y la justicia.

En nuestra comarca, una gran parte de la población vivía en núcleos rurales de escasa entidad, precisamente uno de éstos, Jaraguas, recibió la primera misión pedagógica de la provincia de Valencia. El objetivo principal de este artículo es recordar la labor de estos misioneros.

Antecedentes

Los informes sobre el estado de la enseñanza en España a principios del siglo XX manifestaban que su estado era lamentable: más de la mitad de la población española era, a principios de siglo, analfabeta; los salarios de los enseñantes, miserables e inseguros; el estado de las escuelas, ruinoso, especialmente las rurales; y el material escolar, escaso e inadecuado.

En este ambiente se creó el año 1900 el Ministerio de Instrucción Pública. El primer ministerio de educación de España surge en un momento clave, cuando la situación del país, después del choque que supuso la crisis del 98, exigía inexcusables reformas para sacar al país de un atraso que le alejaba cada vez más de los países desarrollados de Europa.

Para elevar el bajo nivel educativo y cultural se pusieron en marcha una serie de programas complementarios, como las clases de adultos, las bibliotecas populares, las misiones pedagógicas y las colonias escolares. Como es notorio todos estos programas tenían un elemento común: la escuela.

Las primeras Misiones Pedagógicas se desarrollaron al poco tiempo de la creación del Ministerio -1907 y 1908-, y se encargó a las Juntas Locales su atención. Otros decretos como el de 1910, propusieron a los inspectores como los máximos responsables de su ejecución. Sin embargo las dificultades fueron enormes, y los medios que dispusieron para ejecutar los programas escasos. Un ejemplo es la solicitud de una ayuda de 500 Pts. que realizaron los misioneros a la Diputación de Valencia "para que se desplacen -los maestros indicados- a los pueblos, con el fin de mejorar las costumbres y desterrar la ignorancia...". (1) Hubo otros intentos, como la creación de la Asociación de Misiones Pedagógicas, 1912, o la Comisión que por Real Orden se creó el mes de marzo de 1931 para organizar una misión dirigida a las escuelas rurales, orden que no pudo llevarse a efecto, pues unos días después se proclamó la II República.

Como sucedió con otras medidas reformistas de los gobiernos de Alfonso XIII, la distancia entre los objetivos y lo conseguido fue enorme. La ejecución de estos programas se dejó en manos de las correspondientes Juntas Provinciales y Locales de Educación, lo que las condenaba de antemano, por falta de presupuesto, al fracaso.

Las Misiones Pedagógicas durante la República

La llegada de la República el año 1931 supuso un cambio muy importante en la forma de entender la cultura y la educación. Por primera vez, un gobierno incluye entre sus objetivos más importantes elevar el bajo nivel educativo y cultural de las clases populares. Numerosas personalidades -intelectuales sobre todo- comprometidas con el cambio que trajo el nuevo régimen, entendían que las elevadas tasas de analfabetismo eran la causa más importante del atraso de España; reducirlas sería una revolución.

Las Misiones aunque se denominaban pedagógicas, y éste era uno de sus objetivos principales: la orientación pedagógica de los maestros rurales, tenían otros, no menos importantes, como la educación de los ciudadanos en los principios democráticos, dando a conocer la Constitución y los valores republicanos; pues era evidente que si bien la República había ganado las elecciones del 12 de abril en los pueblos y en las grandes ciudades, no sucedió lo mismo en las áreas rurales, así pues, era necesario atraer a esta población a la causa republicana.

Otro objetivo fue el fomento de la cultura, disponiendo para su consecución de la creación de bibliotecas, proyecciones de películas, representaciones teatrales y de guiñol, exposiciones de pintura, y audiciones de música.

Para llevar a cabo una misión, la localidad debía realizar una petición acompañada de un informe con datos completos sobre geografía, economía, población, costumbres, comunicaciones, etc., tarea que se encomendaba casi siempre a los maestros, y dependía del compromiso de éstos, el que unos núcleos fueran afortunados con unas misiones o no.

Como no había tiempo que perder, el 29 de mayo de 1931 se crea el Patronato de Misiones Pedagógicas, dependiente del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes y se nombra como director del mismo a Manuel Bartolomé Cossío, reconocido intelectual y figura fundamental de la Institución Libre de Enseñanza.

La primera misión se lleva a cabo en Ay-llón (Segovia) los días 16 y 23 de diciembre de 1931. En total, en los dos primeros años, se realizaron 70 misiones pedagógicas, se visitaron 300 pueblos de veintisiete provincias; y se distribuyeron 3506 bibliotecas, con medio millón de lectores y más de dos millones de lecturas registradas.

Los "misioneros" eran grupos de jóvenes intelectuales, estudiantes, artistas y enseñantes -éstos eran la mayoría- que, a pesar de las diferencias de edad y formación, compartieron los ideales de la Institución Libre de Enseñanza. Como dice Julio Ruiz Berrio: "Todos ellos coincidían en su preocupación por la educación popular; su concepto democrático de la enseñanza; su alta valoración de la instrucción pública; () y, todo hay que decirlo, un amor al prójimo tan profundo como para pasar por encima de las críticas de algunas fuerzas vivas o algunos grupos radicales que no paraban de hacer en público y en privado a las Misiones". (2) Su participación era voluntaria, por lo que algunos sólo estuvieron en dos o tres misiones, y otros, repitieron con frecuencia.

En cada presentación de las Misiones se leen unas palabras que Cossio escribió para la primera misión. En este breve discurso se expone con sencillez, el ideal que les impulsaba a compartir sus conocimientos con sus compatriotas:

"Es natural que queráis saber, antes de empezar, quiénes somos y a qué venimos. No tengáis miedo. No vamos a pediros nada. Al contrario, venimos a daros de balde algunas cosas. Somos una escuela ambulante y que quiere ir de pueblo en pueblo. Pero una escuela donde no hay libros de matrícula, donde no hay que aprender con lágrimas, donde no se pondrá a nadie de rodillas, donde no se necesita hacer novillos. Porque el gobierno de la República que nos envía, nos ha dicho que vengamos sobretodo a las aldeas, a las más pobres, a las más escondidas, a las más abandonadas, y que vengamos a enseñaros algo. Algo de lo que no sabéis por estar siempre tan solos y tan lejos de donde otros lo aprenden, y porque nadie, hasta ahora, ha venido a enseñároslo: pero que vengamos también, y lo primero, a divertiros. Y nosotros quisiéramos alegraros, divertiros casi tanto como os alegran y divierten los cómicos y los titiriteros. Nuestro afán sería traeros pronto también un teatro, y tenemos esperanza de lograrlo pronto". (3)

La duración de las misiones y las actividades variaban entre uno y quince días. Las actividades se iniciaban al acabar la tarde, cuando terminaba el trabajo en el campo. Las que más huella dejaron en la población y los misioneros fueron las realizadas en pueblos incomunicados, donde no había cine, teatro, y tampoco bibliotecas.

Para realizar su labor el equipo de misioneros contaba con un proyector, y unas cuantas películas educativas, y también alguna de entretenimiento: las que más gustaban eran las de Charlot; una biblioteca para el pueblo, de unos 100 ejemplares, que se dejaban bajo la custodia del maestro; y un gramófono, junto a un lote de discos.

Las Misiones Pedagógicas en la Provincia de Valencia. Jaraguas.

En Valencia se creó también la delegación de las Misiones Pedagógicas, presidida ] José Navarro Alcacer y de la que formaron parte algunos pedagogos valencianos, de; cados por su compromiso personal con la defensa de los valores republicanos. Se con a la mayor parte de sus participantes: la profesora de la Normal, Angelina Carnicer; alumnos de la primera promoción del Plan profesional: Enriqueta Agut, José Bueno Francisco Carrión Ortega, Francisco Bernia Martínez y Sigfrido Canut; Leopoldo Piles, Lolita Ochoa y Primitivo Gómez Senent, la tercera promoción; y los maestros Juan Miguel Romá Más, Elena Francés, Manuela Perales Gómez, María Crespo Martínez y otros, entre los que cabe destacar a Maria Moliner, responsable de la sección de Bibliotecas de las Misiones.

La ilusión y el altruismo de estos jóvenes queda reflejado en este comentario realiza por Primitivo Gómez Senent 60 años después:

"Cuando vino la República yo iba a cumplir 14 años, para nosotros los jóvenes de aquel n mentó, el Patronato de Misiones y la figura Cossio representaba un objetivo y un ideal primera e hicimos gestiones con los profeso para poder ingresar. Así que cuando acabó curso de 1936 ingresamos Leopoldo Piles, amigo y yo, y antes de que estallase la Guerra intervinimos en una Misión en los pueblos limítrofes entre Cuenca y Valencia, pueblos desconocidos que el mismo nombre ya los retrata, Loberuela, Garaballa, Narboneta. Esto era una sorpresa para la gente de estos pueblos. Allí no había más noción de lo que pudiese ser el cine que el testigo de los viajes esporádicos de algunos hombres al Reino, como ellos decian de Valencia, y el de los mozos que regresaban del servicio militar y contaban maravillas para dejar a las chicas del pueblo boquiabiertas". (4)

La primera misión que se realizó en Valencia, fue la de Jaraguas (22 de abril-6 de mayo de 1933). Estuvo dirigida por Matilde Moliner, -hermana de María Moliner- secretaria del Patronato de Misiones. En ella participaron el escritor Rafael Dieste y el estudiante Antonio Sánchez Barbudo; y contaban con el apoyo de Angelina Carnicer -profesora en aquel entonces de la Escuela Normal de Valencia-, José Navarro Alcacer -director de la Escuela Cossío de Valencia-, y los estudiantes Francisco Bernia y Francisco Carrión Ortega. -Éste último era también delegado del Patronato.

Desconocemos el programa llevado a cabo en Jaraguas pero no difería de otros que se llevaron a efecto en otras localidades y de los que sí tenemos información más precisa. Estas jornadas bien pudieron ser así: (5)

Por la noche, velada en el local de la escuela.

1r día. La vida primitiva; pueblos salvajes y actuales. El ambiente: "En una isla del Pacífico" (documental).

2o día. Arte popular. La poesía y la música. Discos de música regional (Galicia, Castilla, Aragón, Cataluña). Lectura de romances. "La loba parda". "El conde Olinos", "La doncella guerrera".

3r día. La vida en el fondo del mar: algas, corales, anémonas. La respiración. Los buzos. "En el fondo del Atlántico". Película.

4o día. Dibujos animados, como descanso.

5o día. Concepto de igualdad según la Constitución de la República, (charla).

6o día. Las grandes empresas de la civilización moderna. "El canal de Panamá", (película).

7o día. Las ideas liberales. Riego, (charla)

8o día. Cine recreativo. (Charlot)

Las misiones solían visitar localidades cercanas, así durante la misión llevada a cabo en Jaraguas visitaron Las Monjas; Casas de Pradas, Venta del Moro y Casas del Río.

En el mismo año se realizaron otras misiones en pueblos valencianos: Ademuz, (24-30 de junio), con José Navarro Alcacer y los colaboradores Elisa Francés, Francisco Carrión Ortega y Juan Miguel Romá; y Alpuente (5-11 de octubre). Al año siguiente se celebraron otras misiones en Narboneta, en la provincia de Cuenca, y Sinarcas (30 de marzo-4 de abril de 1934)

Las Misiones no siempre contaban con la aceptación de los lugareños, generalmente suspicaces ante todo lo que les enviaba el Estado, pero conforme pasaban los días el entusiasmo de los voluntarios disipaba sus dudas.

Conocemos testimonios de cómo poco a poco la aldea se iba impregnando del espíritu misionero y la asistencia a las actividades iba en aumento, la escuela se quedaba pequeña y se necesitaban espacios mayores, y más sillas.

Así sucede en una de las misiones en el Rincón de Ademuz: " Por la noche se da una sesión para los mayores, que puede considerarse como el primer triunfo de la Misión. Ha estado concurridísimo; el local se ha llenado y el número de espectadores excede a la población de la aldea. Realmente, podemos afirmar que por arte de magia se han enterado en las aldeas próximas que estamos allí y acuden todos los que pueden acompañados por el maestro de una de ellas, " (6)

Las actividades de las Misiones siguieron los avatares políticos de la República. Las elecciones dieron el triunfo en el año 1933 a la coalición de derechas, -"el bienio negro"-lo que supuso un cambio radical. En el mes de junio de 1934, en las Cortes se acuerda una reducción del presupuesto de Misiones a la mitad. Al año siguiente -1935- la presión para que se redujera el presupuesto aún fue mayor, y las fuerzas conservadoras lo consiguieron. En la Revista Atenas " Publicación Marianista, contraria a la República y favorable a la enseñanza religiosa- se podía leer sobre este asunto lo siguiente: "« es oportuno llamar la atención del señor ministro de Instrucción Pública para que vaya estudiando el modo de suprimir esa consignación -el dinero presupuestado para las Misiones-, que sólo tiene por objetivo hinchar la vanidad de unos señores y justificar el gasto de unas atenciones de finalidad dudosa». (7)

En estas condiciones era difícil que las Misiones sobrevivieran mucho tiempo. Y así fue. Manuel B. Cossio falleció en septiembre de 1935, pero las Misiones ya habían languidecido, y hasta el golpe de estado de julio de 1936 fueron muy pocas las que se llevaron a cabo. Al iniciarse la Guerra -julio de 1936- las Misiones finalizaron.

Las Bibliotecas y las Misiones

Una de las actividades más importantes de las Misiones Pedagógicas fue la creación de Bibliotecas. Se crearon dos tipos, unas denominadas populares, solicitadas y organizadas por los ayuntamientos; y otras, las escolares, ubicadas en las escuelas; en ambas era fundamental el entusiasmo de los maestros, pues finalmente de ellos dependía su organización.

Tanto una como otra recibían lotes de 100 libros, unos para maestros -organización escolar y pedagogía- y otros para niños. Los maestros que se ocupan de las Bibliotecas de Misiones no cobraban por ello ninguna cantidad. Es un servicio voluntario, dependiente de su voluntad. Como dice María Moliner: "Hay, que procurar que, por la preparación del maestro y por su disposición de ánimo, la atención de la Biblioteca le resulte no sólo una tarea fácil, sino, además, una ocasión de goce espiritual por el provecho que para él mismo resulta de tener a su disposíción lecturas variadas" (8)

En la provincia de Valencia destacó la capacidad organizativa de María Moliner. Su labor fue extraordinaria, visitó los pueblos los que se había concedido estas biblioteca y elaboró un diario en el que reflejó crítica mente su funcionamiento, su eficiencia, a como el grado de implicación de los bibliotecarios y autoridades locales.

En una de las visitas de inspección realiza das a nuestra comarca (23 de mayo de 1936) acompañada de Leopoldo Piles y Angelina Carnicer, visitó las Bibliotecas de Misiones de Requena, El Pontón, Campo Arcís y Casas de Eufemia. Elaboró un informe de la visita y de él destaco por su curiosidad el de la aldea de Campo Arcís de Requena.

Escuela de Niños. Maestro: don Juan García Alarcón.

No podemos ver el número de lecturas registradas porque no se utilizan los talonario El maestro dice que da los libros a personas i confianza y que, por eso, no lo anota. Él dice que, sin embargo, en los meses de invierno lee (20 lecturas al mes) pero, en cuanto en pieza el trabajo en las viñas (abril-octubre), lectura queda paralizada. Sin embargo, por estado de los libros, comprendo que sólo ha debido de leerse algunos cuentos. Le pregunto si tiene Flor de romances viejos para leerles de allí un romance a los chicos que están allí y no sabe si está o no está en la biblioteca.

Me pregunta si podrían incluirse en esta biblioteca las obras de Menéndez Pelayo y digo que me indique cuáles le interesan para mandárselas enseguida; contesta que alguna

"Como, a pesar de lo que nos ha dicho maestro de que no queda un alma en el pueblo hemos visto por las puertas mujeres y algún mozalbetes, hacemos venir al dueño de un local habilitado para cine para pedirle que lo preste para hacer una sesión para el pueblo. Muy a regañadientes accede, y mejor hubiese sido que no lo hubiéramos forzado; porque, por primera vez, nos ocurre dar una sesión para los chicos exclusivamente. Digo mal: asistió también el médico y unas mujeres de su familia. El médico nos alcanzó en Casas de Eufemia y nos advirtió que el mayor enemigo de la biblioteca era el maestro que se oponía a dar ciertas obras (ya salió lo de Menéndez Pelayo ) pues en el pueblo había ambiente, y la prueba era que unos años habían formado él y unos amigos una sociedad para crear una biblioteca, proyecto al que desistieron al llegar la de Misiones..." (9)

En las escuelas más antiguas, todavía se encuentra algún ejemplar de las bibliotecas populares creadas durante la República.

El interés de los vencedores de la Guerra por hacer desaparecer todo vestigio de la República, y su obra, afectó también a todas las manifestaciones culturales. Lo mismo sucedió con las personas que participaron en ellas. La mayor parte de los misioneros citados en este artículo fueron depurados durante el franquismo. María Moliner, fue relegada varios puestos en el escalafón -pertenecía al Cuerpo Facultativo de archiveros, bibliotecarios y arqueólogos- y finalmente trasladada a Madrid, a la Biblioteca de Ingenieros. Con este destierro se quiso hacer olvidar su ingente labor. Como ella recordaba en una de sus últimas entrevistas, el trabajo de aquellos años dejó una huella imborrable en todos los que participaron en las Misiones:"Los he engañado a todos. Les he hecho creer que me he olvidado de aquellos años maravillosos, aquel trabajo apasionante en las bibliotecas de la República '.Cómo podría olvidarlos si es lo mejor que he hecho en mi vida;" (10). Angelina Carnicer fue trasladada a Lérida y regresó dos años después a Valencia hasta su jubilación el año 1961. Otros como Francisco Carrión Ortega se les abrió expediente de depuración y en este caso se le separó definitivamente del servicio. José Navarro Alcacer, el fundador de la Escuela Cossío de Valencia, fue también separado de su destino y dedicó los últimos años al estudio.


BIBLIOGRAFÍA

* (1) Canes Garrido; Francisco. "Las misiones pedagógicas: educación y tiempo libre en la Segunda República". Revista Complutense de Educación. Vol. 4 Madrid 1993. Pp. 148,149.

* (2) Agulló Díaz, Ma del Carmen. "Mestres valencianes republicanes". Universitat de Valencia. Valencia 2008. Página 57

* (3) Martín Bárez, María. "Las Misiones Pedagógicas en Salamanca. 1931.1936". Ediciones Universidad de Salamanca. Aula, 14, 2002. Pp. 159.

* (4) Compactus: Revista d'arxius i biblioteques. Número 1. "Entrevista amb Primitiu Gómez-Senent. "001. Valencia. Página 38.

* (5) Canes Garrido; Francisco. Op.Cit. Pp. 152,153

* (6) De Blanca Calvo, A. y R. Salaberría. "María Moliner. Organizadora de las Bibliotecas de Misiones Pedagógicas en Valencia". En Educación y Biblioteca. N° 44. Pp. 63.

* (7) Martín Bárez; Op. Cit. Pp.155-178. (La Revista Atenas era el órgano de expresión de los Marianistas)

* (8)De Blanca Calvo y R. Salaberría. Página 48

* (9) De Blanca Calvo y R. Salaberría. Página 82

* (10) Instituto Cervantes. "María Moliner".

 

 


 

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