LO QUE SABEMOS SOBRE AQUEL PROYECTO FRUSTRADO DEL FERROCARRIL BAEZA-UTIEL.
Autor: Feliciano Antonio Yeves Descalzo (Cronista Oficial de Venta del Moro)
En el artículo se detallan las motivaciones que llevaron a la construcción, a partir de 1.927, de las infraestructuras de la línea ferroviaria Utiel-Baeza, que ha dejado bastantes obras olvidadas en nuestro término municipal, así como las razones que paralizaron definitivamente las obras en 1.934. El autor describe también cómo afectó la construcción ferroviaria a la vida venturreña y los posteriores intentos de rescatar el proyecto.
Es precisamente la línea de ferrocarril que más
dio que hablar durante más de medio siglo XX, y muy particularmente
en las provincias por donde había de construirse y circular.
Inexplicablemente se suspendieron sus obras, a pesar de que las
obras de infraestructura se terminaron hasta en un 78 %.
Su historia comienza mucho antes que la de los ferrocarriles Valencia-Utiel
(y después hacia Cuenca y Madrid) y el de Madrid a Valencia
por Almansa. Efectivamente, ya a comienzos de siglo su construcción
fue motivo de programas electorales, prometiendo con ello la recuperación
de los pueblos deprimidos del interior, según lo prueba
el diario de Casas Ibáñez "La Voz del Distrito"
de 11 de marzo de 1932. Incluso se aportaron razonamientos de
tipo estratégico militar y de salvamento agrícola.
Según ya dije en mi libro "Geografía e Historia
de Venta del Moro" en 1920 se creó la Dirección
del Ferrocarril Económico Manchego, y existen antecedentes
de que el Ayuntamiento de Venta del Moro en mayo de dicho año,
acordó apoyar aquel proyecto para que el trayecto del Baeza-Utiel
cruzara nuestro territorio municipal y tuviera estación
en nuestro pueblo.
El proyecto fue incluido en el plan de ferrocarriles nacionales
previstos en el Estatuto de 1924 ("Plan del Conde de Guadalhorce"),
aprobándose su construcción mediante Decreto de
3 de marzo de 1926, con un presupuesto inicial de 54.560.731 pesetas.
Esta noticia fue acogida con júbilo en Utiel y en toda
la comarca salvo en Requena, que vio sustituida su terminal (pues
en principio se llamó Baeza-Requena) por la de Utiel. Con
este motivo se tributó un homenaje a las autoridades de
la provincia, especial y particularmente a D. Román Ochando
Valera, Ingeniero Jefe de Obras Públicas de Valencia, en
Casas Ibáñez, Valencia y Utiel, a los que, caballerosamente
y con demostrado noble proceder, también se sumó
Requena. Estos homenajes se celebraron en el año 1927,
y a ellos concurrieron todos los pueblos del distrito de Casas
Ibáñez (don Román era natural de Fuentealbilla
y casado y residente en Casas Ibáñez), Utiel, Venta
del Moro y Requena, además de varias y diversas entidades
provinciales, y en especial el mundo del transporte y de las obras
públicas de entonces, de las provincias de Albacete y Valencia.
(En el homenaje celebrado en Utiel, el Sr. Ochando habló
de haberse optado por Utiel y no por Requena, debido a la situación
ya terminal del ferrocarril Valencia-Utiel, y por ser el proyecto
más viable y económico, no debiéndose a ninguna
causa de otro carácter).
El estudio del trayecto dio comienzo el 19 de julio de 1927 bajo
la dirección del Ingeniero Jefe D. Mauro Serret. Las obras
comenzaron el mismo año, habiéndose decidido ya
la terminal en Utiel, por los motivos expuestos que prevenían
ya con futuros enlaces. La parte más complicada del estudio
fue la comprendida entre Casas Ibáñez y Los Cárceles
por lo accidentado del terreno y por tener que atravesar después
la zona de la Derrubiada venturreña, también difícil
y áspera. La idea era ambiciosa. Se trataba de crear una
gran línea transversal a la península que uniera
Cádiz con Francia, evitando el rodeo por Alcázar
de San Juan en las comunicaciones entre la Región Valenciana
y Andalucía, mediante seis trayectos: el primero iba desde
Jerez de la Frontera hasta Almargen (Málaga), aquí
se unía mediante trazado paralelo a la línea de
Andalucía hasta Linares y Baeza, de donde salía
por Albacete hasta Utiel, y de aquí seguía hasta
Teruel para llegar a Lérida por Alcañiz y por último,
cruzar la frontera francesa hasta Saint Girons.
Actualmente el tramo entre Lérida y La Pobla de Segur (Lérida)
está en funcionamiento. Entre Teruel y Alcañiz hay
bastantes trayectos construidos, pero desde aquí a Lérida
no se hizo nada, al igual que entre Utiel y Teruel. Sin embargo,
en el de Utiel-Baeza (366 kms.) se invirtieron más de cuatro
mil millones de pesetas, estando colocada la vía entre
Albacete y el límite de la provincia de Jaén (108
kms.); y en el resto se concluyeron casi todas las obras de infraestructura
(fábrica, desmontes, puentes, etc.). La línea consta
de 107 túneles, que suman un total de 28 kms. y 25 viaductos
que suman otros 3 kms. Aunque al principio estaban previstas 28
estaciones, además de las dos terminales, posteriormente
se redujeron a 12, las cuales fueron construidas (Estamos hablando
del tramo Baeza-Albacete).
El tramo de Albacete a Utiel tiene 116 kms. y 250 metros, y sigue
en líneas generales la carretera de Cuenca a Albacete hasta
cerca de Villamalea, separándose de ella para salvar, con
largos desarrollos el gran y profundo valle del Cabriel que cruza
(por Los Cárceles) en la separación entre las provincias
de Albacete y Valencia, siguiendo la dirección de Venta
del Moro a Utiel. Dentro de nuestra provincia, estaba previsto
en el estudio original, la construcción de un apeadero
en Casilla de Moya y en el Cerrito, y estaciones en Venta del
Moro y Los Marcos. Las obras de fábrica quedaron muy adelantadas,
encontrándose completamente acabados 25 túneles
y casi todos los puentes (excepto el del Rebollo, sobre la rambla
Albosa) en el término de Venta del Moro, y totalmente abiertas
las trincheras y explanadas de terrenos en todo su recorrido.
Precisamente en una de dichas trincheras, a 1,5 kms. de Venta
del Moro, se ha hallado posteriormente, tras el abandono del proyectado
ferrocarril, el yacimiento más importante de Europa de
animales mamíferos del Mioceno (Era Terciaria) tras la
desaparición de los dinosaurios.
Los últimos años de la dictadura de Primo de Rivera
fueron los de mayor aceleración en las obras, consiguiéndose
una revitalización social y comercial en la zona, de gran
relieve, coincidiendo con el auge exportador de vinos, el desarrollo
económico conseguido gracias a la puesta en servicio del
ferrocarril Valencia-Utiel (en 1885) y el gran despliegue de carreteras
vecinales y comarcales construidas. Ya explico en mi citado libro
"Geografía e Historia de Venta del Moro" , que
obreros y especialistas de todas las procedencias (andaluces,
portugueses, manchegos y valencianos) se dieron cita en estas
obras, residiendo en nuestros pueblos y aldeas y trastocando la
tranquila vida local y agrícola -con un desafortunado abandono
del viñedo, que, como se ha dicho estaba en auge- con la
absorción de numerosa mano de obra. Ello fue natural en
el jornalero y asalariado, y no tan natural entre el campesinado.
Pero aquello supuso vivir tocando dinero a diario y estando sin
atisbar ni pensar el porvenir.
Así pues, pronto vinieron "las vacas flacas"
y a finales de 1930 empezaron a producirse los primeros paros
parciales por falta de financiación. En noviembre de 1931
(casi recién instaurada la República) se despidió
a la mitad de los obreros. En mayo de 1932 se suspendieron las
obras por divergencias entre la compañía constructora
y la Administración del Estado, quedando unos pocos obreros
hasta 1934, en que se paralizaron definitivamente hasta hoy.
Algunos años más tarde, el Ministro de Obras Públicas,
D. Federico Silva Muñoz, y su gabinete estudió la
terminación de tres segmentos ferroviarios que desde antiguo
tenían realizada una alta inversión: el Madrid-Burgos,
el Santander-Mediterráneo y el Baeza-Utiel. De estos tres
fue seleccionado el primero, después de la elaboración
de un informe económico y sin perjuicio de haber leído
otro del Banco Mundial (al cual se aferran los detractores y envidiosos
de este proyecto según Ramón Tamames en el tomo
VII de la Historia de España de Alfaguara). Ambos informes
desaconsejaban su construcción por considerarlo poco rentable.
La realidad es muy distinta, como se puede demostrar siguiendo
otras pautas y motivaciones.
En las conclusiones del antedicho informe del M.O.P. se indicaba
la necesidad de sustituir algunos viaductos afectados por corrimientos
de tierras en la zona de Úbeda, así como mantener
el estado de conservación de lo realizado y volver a efectuar
un segundo estudio en 1970 por si las circunstancias económicas
hubieran cambiado. Pero dichas circunstancias, parece ser que
empeoraron y no se llegó a realizar el estudio aconsejado.
En cualquier caso, el abandono definitivo de esta línea,
y la entrada en servicio de la continuación del ferrocarril
de Utie1 a Cuenca y a Madrid, desde Valencia, hicieron que la
estación de Utiel perdiera importancia, al no poder ser
ya enlace con Andalucía y Aragón.
Todavía en 1978, el senador por Jaén, D. Pedro L.
Martínez, interpeló al Gobierno sobre este tema,
y al parecer se hizo una petición para que se realizara
el estudio que dejó de hacerse en 1970 sobre la actual
rentabilidad de este ferrocarril y su puesta en marcha. En esta
ocasión sí se hizo, siendo Ministro de Transportes
el Sr. Sánchez Terán, y en el mismo se aseguraba
la rentabilidad de su explotación para RENFE. Sin embargo,
se volvió a olvidar el proyecto en el laberinto administrativo
ministerial.
En enero de 1982, el Ayuntamiento de Utiel, presidido por don
José Yagüe Hernández, adoptó un acuerdo
instando al Gobierno para incluir la línea dentro de la
Ley General de ferrocarriles de urgente construcción en
la década 1980/90. Este ha sido el último capítulo
de esta vieja historia.
Casi todo este artículo ha sido transcrito del presentado
por el utielano D. José Alabau Montoya en la Asamblea de
Cronistas y Escritores Comarcanos, celebrada en Utiel en 1985.
Y tiene aportaciones de quien suscribe, así como del libro
de José Mª Sánchez Roda "100 años
entre vías", a quienes hay que agradecer su interés,
lógico en defensa de Utiel y su historia y desarrollo económico
y social -que quizás hubiera cambiado mucho hacia mayores
cotas- y a lo que me asocio, por la parte que nos corresponde
a Venta del Moro, que, no sabemos, quizás no hubiera llegado
a suscitar el masivo éxodo que padece, tanto el pueblo
como sus aldeas.
Y ante la incógnita, "a lo hecho, pecho". La
Historia es maestra de la vida, pero casi nunca los hechos se
repiten. Aquel "sinvivir" viviendo al día, aquel
circunstancial auge y aquellas ilusiones de futuro serán,
por lo seguro, irrepetibles. No obstante, el pueblo y sus aldeas,
con infinitas mayores comodidades que en aquellas épocas,
debidas al progreso total del país, con menos de 1a cuarta
parte de población que entonces, se va a convertir en pueblo
residencial de verano, vacaciones y ocio, de los hijos y nietos
de aquellos que hubieron de buscar mejores condiciones de vida.
Y nuestro pueblo, aunque vaya perdiendo juventud, puede y debe
reencontrarse en fraternas vivencias con su pasado, sus raíces
y su Historia.
Lebrillo 13